Economía

La crisis de las orujeras amenaza a las almazaras

Una cuarta parte de las extractoras cierra parcial o totalmente, con hasta 3.000 empleos en juego en Andalucía

Producción de aceite de almazara
Producción de aceite de almazaraPUERTA DE LAS VILLASPUERTA DE LAS VILLAS

La ley de la oferta y la demanda regula el mercado. El pasado ejercicio, en fechas similares, el precio de aceite de oliva en origen estaba en torno a 3,40-3,60 euros y ahora está un euro más caro. La aceituna se puede cobrar a rendimiento, con un porcentaje calculado por el agricultor y la almazara por aceituna; o a tablilla, con un precio medio. La reducción del aforo de la aceituna en Andalucía a la mitad, con, previsiblemente, la segunda peor cosecha del siglo, principalmente por la sequía, ya se nota en la cesta de la compra y en la cadena de producción. Las medidas económicas y de ahorro energético también influyen en este proceso, con la alerta de cierre de las orujeras y el consecuente colapso de las almazaras.

La producción del aceite de oliva es una cadena. De cada 100 kilogramos de aceituna, apenas el 20% se convierte en aceite. Los 80 kilogramos restantes se componen de hueso, piel, pulpa y agua: lo que se denomina alpechín. Este residuo pasa de la almazara, a través de camiones, a las orujeras. Aquí, se transforma en abono (el llamado compost); aceite de orujo; y electricidad como energía verde. El aumento de coste de la energía ha llevado al cierre de numerosas almazaras, paralizando también en parte la producción. Sin las orujeras, las almazaras no molturan y el proceso se para. Una cuarta parte de las orujeras están cerradas por el precio de la energía y la escasa rentabilidad. Como consecuencia, la producción de aceite va al ralentí y la producción de energía verde también se para. También se ponen en jaque numerosos puestos de trabajo. La federación de Industria de CC OO de Andalucía y UGT FICA Andalucía recordaron que «las cogeneraciones del sector orujero dan trabajo a unas 1.000 personas de forma directa y hasta 3.000 de forma indirecta. Son empresas diseminadas en su gran mayoría por el campo andaluz y trabajan durante todo el año con profesionales altamente cualificados».

Sin las orujeras, las almazaras no molturan y se paraliza la producción de aceite

El futuro de las plantas de cogeneración mantiene en solfa a las extractoras de orujo y, por tanto, a todo el sector oleícola. El 40% del alpeorujo, que supone unos 2,8 millones de toneladas, se gestiona en las extractoras de orujo de oliva a través de plantas de cogeneración. Con el calor de estas plantas secan el alpeorujo y producen electricidad verde. Con la subida del gas y la electricidad y del precio del CO2, los costes no compensan.

Las compañías que disponen de plantas de cogeneración como Acesur, Migasa, Sierra Sur, San Miguel Arcángel o El Tejar no tienen garantizado su futuro, por la falta de rentabilidad. La consecuencia posterior es la paralización del sector al frenarse la cadena de producción. Además del problema económico está el medioambiental. El sector solicita al Ministerio que considere las características de las plantas de secado de orujo y se adecue la prima energética para evitar los cierres.

Como paradigma, la mayor orujera de España, en Villanueva del Arzobispo (Jaén), se ha visto obligada a cerrar sus instalaciones por el alto precio del gas. El metro cúbico de gas casi cuesta cuatro veces más caro. En Andalucía hay 17 plantas más en esta situación, que dejan la campaña en el aire.

Al solo poder secar el orujo con gas de cogeneración sin poder recurrir al método tradicional de la quema del orujillo con una turbina de un avión, la producción no resulta rentable a pesar de la llamada «excepción ibérica». Almazaras Federadas de España, con sede en Córdoba y que agrupa a las almazaras industriales del país, ya avisó de una «campaña complicada» por un incremento en sus costes efectivos de producción de «hasta un 40%» por «una subida sin precedentes de los recursos energéticos». Las partidas que más influyen en los costes son «la energía eléctrica, el gasoil, los materiales auxiliares, los transportes» y las labores de «reparación y conservación» de las instalaciones. A ello se suma «el desembolso en recursos humanos, que este año se verá incrementado por el aumento de las cargas administrativas que supone la nueva Ley de la Cadena para las Almazaras Industriales». La Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo de Oliva ha anunciado cierres parciales. «En la campaña 21/22 el coste por kilo de aceituna molturada se incrementó en un 18-20%, mientras que para esta campaña (22/23) se estima que la subida será de hasta un 40%», señalaron. Fijar un precio justo en la cadena de producción se complica y queda un par de meses para el inicio de la campaña del aceite en Jaén.

La «doble moral» de la industria americana

La federación Cooperativas Agro-alimentarias Andalucía criticó la «doble moral» de la industria aceitunera americana, al acusar a las aceitunas españolas de estar subvencionadas injustamente y, al mismo tiempo, comprar a granel en España al no tener suficiente cosecha en California para satisfacer su demanda. Según esta federación, la industria aceitunera americana acusa a las aceitunas españolas de ejercer competencia desleal a las empresas de California, lo que ha llevado a una imposición de un gravamen del 35%, que «ha frenado en seco» la exportación del sector olivarero español a Estados Unidos.