Corresponsabilidad

La ciudad de España donde los hombres realizan menos tareas domésticas

Las cifras contradicen el intenso movimiento feminista de una población cuyos primeras corrientes asociativas estuvieron lideradas por mujeres

Las primeras corrientes asociativas en El Ejido estuvieron lideradas por mujeres
Las primeras corrientes asociativas en El Ejido estuvieron lideradas por mujeresLa Razón

El municipio de El Ejido ha sido señalado por el INE como la población de más de 50.000 habitantes donde los hombres realizan menos tareas domésticas, elevando hasta el 31% el porcentaje de varones que se despreocupan completamente de esos trabajos. Si bien la encuesta ha considerado también Andalucía como la comunidad donde las mujeres asumen más labores del hogar, las cifras ejidenses contradicen el intenso movimiento feminista de una ciudad cuyos primeras corrientes asociativas estuvieron lideradas por mujeres.

Nombres destacados por su contribución a la igualdad y la defensa de los derechos femeninos como el de la ejidense Inés Blasco, que recogía hace unos días el Premio Meridiana por su papel en el asociacionismo almeriense: «Vamos a cumplir 43 años y no hemos parado ni en pandemia, estamos activas más de 60 mujeres y lo emocionante es que a raíz de nosotras se crearon otros colectivos, con otras ideas, pero siguiendo el germen de unirnos y empoderarnos todas juntas». Trabajadora social y fundadora de la Asociación de Amas de Casa de la Aldeílla, posteriormente de Mujeres «porque ya no reflejaba nuestra idiosincrasia y lo que queríamos representar», Blasco fue engranaje fundamental en la concentración asociativa provincial Mujeres que Avanzan.

Blasco reconoce que le «preocupa la regresión en torno a la igualdad que se está dando entre la población adolescente» y el «grave problema para conectar con los jóvenes». Aunque situaciones como la gestión de un centro de educación infantil «sirven para que las madres se impliquen», crece el desapego con un asociacionismo del que asume «puede que la fórmula sea caduca para los jóvenes, pero lo importante no es cómo se llama, sino que la gente se agrupe, genere movimiento y procesos para el cambio».

Mismo reto al que se enfrenta la Asociación de Amas de Casa de El Ejido, el primer movimiento asociativo de mujeres en la provincia e impulsora de los primeros pasos de una ciudad que hoy suma 93.000 habitantes, pero que en su fundación en 1969 apenas contaba «con 3.000 vecinos, tenía solo asfaltada la carretera general y el resto era de piedras y pencas». Dorita Gómez, primera y actual presidenta del colectivo creado en pleno franquismo, aclara que «no nos dejaron ponernos asociación de mujeres, pero nosotras nos gestionábamos de forma democrática y conseguimos que nos abrieran las puertas de todas las administraciones». Está acreditado que impulsaron la llegada de la primera cabalgata de reyes, el Conservatorio de Música, además de gestionar la primera guardería ejidense desde 1982.

«La diferencia con la situación actual es que antes nos movilizábamos con un sentido social, por conseguir cosas para nuestro pueblo», explica Gómez. «Recuerdo que en época de UCD nos llegó a recibir el ministro Madariaga, porque no nos daba miedo pedir, solicitar lo que considerábamos de justicia». Sobre la incidencia del machismo hoy, lamenta que «estemos yendo hacia atrás, porque nosotras siempre tuvimos el apoyo de nuestros maridos y de hombres que nos ayudaron donando libros, materiales o con el transporte».

Elena Guillén, otra de las fundadoras reconoce que «había quien se extrañaba» cuando veía un grupo de mujeres tocando puertas por y para El Ejido, pero «con el tiempo demostramos que podíamos hacer mucho bien». La Asociación de Amas de Casa, junto a otras posteriores como la de Vecinos de El Ejido, «solicitamos varias veces un Ayuntamiento nuevo para El Ejido, la segregación de Dalías que hubiera evitado todo el follón posterior».

Ejemplos de empoderamiento femenino en la capital de la agricultura europea, donde centra parte de su labor la organización ASAJA Almería, otro de los premios Meridiana de la Junta de Andalucía. Adoración Blanque, presidenta de la patronal agraria, así como de la Federación de Mujeres y Familias del Mundo Rural, ha vivido «el impacto de la llegada de las primeras ingenieras y técnicas al campo, cómo las miradas de extrañeza se volvieron normalidad y reconocimiento cuando el talento se impuso a los prejuicios». Aunque cree que todavía «queda mucho camino por recorrer», son «cada vez más las mujeres en puestos de responsabilidad”; y confía en que «mediante el trabajo y desde la tranquilidad podemos conseguir mucho más que exaltando las diferencias». Ya el 27% de las explotaciones agrícolas de El Ejido están en manos de mujeres. Un porcentaje aún menos de los varones que no mueven ni un dedo en casa, según el INE.