Laboral

Una enfermera demanda al SAS por acosarla para que se vaya a otro destino sanitario

Tras todo ello, según el abogado, está el interés de la recuperación de su puesto por el interino que previamente ocupaba dicha plaza

Imagen de archivo de una visita institucional al consultorio de Ibros
Imagen de archivo de una visita institucional al consultorio de IbrosEp

Una enfermera del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha presentado una querella contra este departamento por el acoso “continuado” que ha sufrido desde que se incorporó a su última plaza en 2023, encaminado, según explica, a que deje su puesto al interino que lo tenía antes de llegar ella.

Según ha explicado a EFE su abogado, el letrado sevillano José Antonio Sires, su representada fue derivada el 24 de enero de 2023 al ambulatorio de Ibros (Jaen), de la zona de Baeza, donde “ha sufrido una serie de actuaciones en relación con sus superiores jerárquicos que se considera acoso continuado en el ámbito laboral”.

Al día siguiente de comenzar a trabajar recibió una llamada de su “superiora jerárquica”, en la que se le ofrecía una plaza en Baeza por la jubilación de una compañera, plaza que “en ningún momento ella había solicitado ni quería”.

Intuyendo el interés de que no hubiese nuevas incorporaciones en el centro de Ibros y tras expresar su deseo de quedarse, “comienzan las hostilidades y el acoso, con manifestaciones como "‘es que tú no eres nadie para elegir médico, y, además, la doctora R. no quiere trabajar contigo´”.

Los meses posteriores, “intentando rebajar la tensión y con actitud conciliadora”, la enfermera recordó a la superiora que su elección de plaza y su deseo expreso de ejercer su profesión en el centro de Ibros, recibiendo de “un modo tiránico” frases como “¿Para qué querías este cupo si no sabes hacer nada?”, “¡estás en Ibros porque yo he querido!” o “¡soy yo la que decide los cupos!”.

Estos hechos, así como “constantes agresiones verbales”, conducen, según el letrado, a la vulneración del derecho fundamental a la integridad moral, “lo que, indiscutiblemente es violencia y presión psicológica sobre la trabajadora que, al ejercerse en el ámbito laboral, puede considerarse como "acoso laboral".

La hostilidad y ninguneo ha sido "prolongada y sistemática", según los informes psicológicos y psiquiátricos sobre el estado de la perjudicada, que ha sido diagnosticada de "trastorno adaptativo mixto con ansiedad y estado de ánimo depresivo”, ha indicado el letrado.

El abogado ha asegurado que la enfermera ha recibido material defectuoso, caducado o roto, se le ha negado la formación en los programas informáticos utilizados en el consultorio para “individualizarla del grupo común de trabajo para que el resto de compañeros la consideren un foco de desestabilización”, se le han realizado grabaciones telefónicas sin consentimiento o se ha manipulado sin su permiso el cuadrante de guardias y descansos.

Tras todo ello, según el abogado, está el interés de la recuperación de su puesto por el interino que previamente ocupaba dicha plaza.

Por ello se ha presentado una demanda de responsabilidad patrimonial contra el SAS por acoso continuado en el ámbito laboral y vulneración de derechos fundamentales y reclamación adicional de una indemnización de daños y perjuicios por importe de 130.000 euros, destinados a la reparación “de las consecuencias derivadas de la acción u omisión de los sujetos responsables de tales hechos denunciados”.