Salud

El intrusismo en la profesión sanitaria: un hándicap añadido

Las matronas, los fisioterapeutas y los médicos estéticos son tres de los especialistas más afectados por está práctica

Curso en el Hospital Quirónsalud Córdoba para formar a ginecólogos y matronas en técnicas para evitar la parálisis braquial del recién nacido
Curso en el Hospital Quirónsalud Córdoba para formar a ginecólogos y matronas en técnicas para evitar la parálisis braquial del recién nacidoEP

Control del embarazo y atención al postparto; seguimiento ginecológico; educación afectivo sexual, preparación al nacimiento, crianza y prevención. Estas son algunas de las funciones de las matronas, una enfermera especialista esencial en el sistema sanitario, que solo en Andalucía atiende una media de 105 partos vaginales al día. Sin embargo, el sector se queja de que no pueden desarrollar al completo sus funciones porque falta personal, por lo que en muchas ocasiones se limitan a la atención al embarazo, denuncia la Plataforma de Matronas Andaluzas. Según las cifras que aportan, en la comunidad andaluza hay solo una matrona por cada 10.000 mujeres, por lo que haría falta incorporar a la plantilla pública, al menos, a unas 600.

La falta estructural de personal no es el único problema al que se enfrentan las matronas. También el intrusismo profesional. De hecho, la Plataforma de Matronas denuncia ambos problemas van ligados. Al respecto, apuntan que, en algunos centros de salud sus compañeras de Enfermería Comunitaria son las que tienen que asumir sus funciones. El intrusismo que más les preocupa, no obstante, es el de las llamadas «doulas», personas que son generalmente mujeres, sin formación médica, que «acompañan emocionalmente, físicamente y e informativamente» a las embarazadas. Son figuras que, en opinión de el Consejo General de Colegios de Enfermería de España (CGE), «invaden competencialmente el espacio de la matrona, al carecer de la capacitación profesional de éstas, desprestigian la labor enfermera, y a su vez, ponen en riesgo la vida de las mujeres, madres y recién nacidos». Una investigación del CGE llevada a cabo desde el año 2013 ha detectado , al menos, 500 "doulas" en España, una cifra que «crece año tras año».

La Fisioterapia es otra especialidad sanitaria claramente castigada por el intrusismo. Los fisioterapeutas se quejan reiteradamente de la cantidad de quiromasajistas que desempeñan funciones propias de fisioterapeutas sin tener la titulación necesaria para ello. El Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía recalca que los pacientes deben conocer la diferencia entre ambos para evitar problemas de salud que pueden llegar a ser muy graves. La principal diferencia, explican, es que el fisioterapeuta ejerce una profesión sanitaria con una formación académica universitaria y el quiromasajista o masajista ejerce únicamente con un título privado obtenido en escuelas con formación no reglada.

Los fisioterapeutas andaluces, además, están en pie de guerra por la llamada «receta médica» del SAS. Para combatir el sedentarismo y prevenir todas las enfermedades asociadas, como las cardiovasculares, la diabetes y la obesidad, entre otras, la Junta aprobó el año pasado el Plan Andaluz de Prescripción de Ejercicio Físico (PAPEF), que se implementará en breve. Por primera vez, los médicos de cabecera pueden recetar deporte, de forma que los pacientes son derivados a unidades formadas por equipos especializados que serán los encargados de tutelar esas practicas deportivas. Esas Unidades Activas de Ejercicio Físico están compuestas por «profesionales educadores físico deportivos», lo que ha enfadado a los fisioterapeutas, al estar excluidos del plan. "Nuestro mensaje es rotundo: «receta deportiva, sí, porque el deporte es fundamental para la salud de cualquier persona independientemente de su condición y edad, pero con especialistas sanitarios», argumentan desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Andalucía.

Pero si hay alguna especialidad sanitaria que se lleva la palma en lo que al intrusismo se refiere esa es la Medicina Estética. Tanto, que desde la Junta de Andalucía han tomado cartas en el asunto aprobando una nueva guía de funcionamiento para las clínicas, de forma que deben contar con dos licencias para poder operar: el sello U48, la licencia sanitaria que otorga la Consejería de Sanidad y que va asociada a la titulación de un facultativo. Y, por otro lado, la U84, la licencia relativa al depósito de medicamentos. El objetivo, es que cualquier procedimiento de Medicina Estética, como la infiltración de bótox o cualquier otra sustencia este hecha por un doctor titulado. «Hay mucha desinformación sobre los productos de medicina estética que pueden emplear sanitarios de otras ramas. Los inyectables que atraviesen la dermis, por ejemplo, solo pueden ser empleados por un médico, porque, aunque los enfermeros están perfectamente capacitados, no entra dentro de sus competencias», denunció a este diario la doctora especialista en Medicina Estética, Tamara Armenteros.