Turismo activo
Paraje Natural Cascada de la Cimbarra: un espectáculo único y fácilmente accesible
Además de una joya de la naturaleza, el entorno cuenta con una veintena de importantes evidencias prehistóricas
Al norte de la provincia de Jaén, en Sierra Morena, en el límite con Castilla la Mancha, se encuentra el municipio de Aldeaquemada, que muestra un paisane propiamente serrano con abundante vegetación de pinos, quejigos y otras especies.
Sierra Morena es el paraíso de las dehesas. Este ecosistema dibuja una mancha continua donde se alternan montañas de altura media-baja con algunas sierras más altas, dando lugar a una fragmentación interna que facilita la diversidad de hábitats..
A escasos kilómetros del Parque Natural de Despeñaperros, en las inmediaciones del municipio de Aldeaquemada, se encuentra el Paraje Natural Cascada de la Cimbarra.
Se trata de un pintoresco lugar de relieve abrupto donde el encajonamiento del río Guarrizas forma una sucesión de cascadas. La más bella y espectacular es la Cimbarra, nombre con el que los lugareños denominan a los saltos de agua. En ella queda expuesta en la superficie una pared vertical, formada por unos estratos rocosos muy resistentes a la erosión. Esta roca recibe el nombre de cuarcita armoricana y puede ser vista también en otros lugares del paraje. En ocasiones, es posible observar sobre estas rocas los rastros fósiles de organismos o las espectaculares rizaduras provocadas por el oleaje. Estas huellas desvelan el origen marino de estas rocas 500 millones de años atrás.
Otras cascadas muy conocidas por su singular belleza son las del Cimbarrillo, en el arroyo de Martín Pérez, y la de María Antonia, en el arroyo de la Cimbarrilla.
Además de sus cascadas, este paraje natural se caracteriza por presentar una vegetación muy diversa. Abundan los bosquetes de encinas y alcornoques con un espeso matorral mediterráneo. La repoblación con pino piñonero y negral y los densos bosques de ribera proporcionan un aroma agradable al lugar. En sus desfiladeros, entre las grietas, crecen plantas como la doradilla, un tipo de helecho que debe su nombre al color dorado del revés de sus hojas. Esta variedad de paisajes propicia la presencia de interesantes animales, entre los que destacan, depredadores como el zorro o la gineta, aves como el águila real, perdicera o el búho real, y la nutria que habita en los cauces de los ríos.
Este espacio protegido destaca también por su valioso patrimonio cultural, constituido por una veintena de importantes evidencias prehistóricas. Interesantes ejemplos son la Tabla de Pochico, en el cerro de la Cimbarra o los de Monuera y Desesperada. En ellos, se han encontrado valiosísimas muestras de arte rupestre, que han motivado la declaración de estos yacimientos, como Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.
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