Cultura

«A pie cambiado. Cuaderno de un futbolista desencantado», el (pen)último regate de Pardeza

Presentación en la Fundación Cajasol con Pepe Lugo, Lucas Haurie y David González

Miguel Pardeza, escritor y ex futbolista
Miguel Pardeza, escritor y ex futbolistaKiko Hurtado

La Sala Salvador de Fundación Cajasol Sevilla acogió la presentación del libro «A pie cambiado. Cuaderno de un futbolista desencantado» del exfutbolista y escritor Miguel Pardeza.

Lucas Haurie, Pepe Lugo, Miguel Pardeza y David González
Lucas Haurie, Pepe Lugo, Miguel Pardeza y David GonzálezKiko Hurtado

El acto contó con la participación del editor y crítico literario David González Romero, el periodista Lucas Haurie y el delegado de LA RAZÓN en Andalucía, Pepe Lugo.

Con un atractivo pulso literario, el onubense de La Palma del Condado Miguel Pardeza, que fue uno de los miembros de «la Quinta del Buitre», reúne una suerte de dietario que pone en liza desde textos autobiográficos hasta otros en los que le fue tomando el pulso a la actualidad del deporte rey.

El evento se desarrolló en la Fundación Cajasol
El evento se desarrolló en la Fundación CajasolKiko Hurtado

No se trata de las referencias temporales lo que ofrece el autor, sino una visión que trasciende la anécdota, las fechas y hechos concretos, para ofrecer una reflexión de fondo sobre un mundo, valga la expresión, que "ha mamado" desde niño y en el que ha sido figura.

Pardeza habla de los inicios de un deportista, los fichajes, la vida privada del jugador de fútbol, las suplencias, la política de las instituciones y clubes. Cómo no, de la Quinta del Buitre de la que formó parte; o de Alfredo Di Estéfano.

Pardeza fue el más llamativo jugador de la Quinta del Buitre en sus orígenes
Pardeza fue el más llamativo jugador de la Quinta del Buitre en sus orígenesKiko Hurtado

El autor ofrece una mirada entre escéptica y divertida, con ecos descreídos sobre un mundo que formó parte principal de su vida. El fondo del libro es tender un puente entre el actual mundo del fútbol, tan industria, y aquellos campos de albero en los que, en cierto modo, los niños sembraban sus sueños y anhelos del mañana.