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Visto para sentencia

Un "¡Y tu qué miras!" termina con dos menores en la UCI, uno de ellos con una malla de titanio en la cabeza

A la otra víctima le quedarán de por vida varias cicatrices en la cabeza, la más grande de casi 20 centímetros

Atención de urgencia. Archivo
Atención de urgencia. ArchivoCreative Commons Google

La brutal agresión que ha llevado a juicio a cuatro menores en Zaragoza se originó a partir de una discusión aparentemente trivial en la cafetería de un centro de Formación Profesional, situado en la localidad de Villanueva de Gállego. El incidente se desencadenó cuando uno de los menores detenidos se encaró con uno de los agredidos, diciéndole "¡y tu qué miras!". El informe del Ministerio Fiscal establece que, en ese momento, no existió ningún tipo de provocación previa. Un profesor intervino para atajar el 'rifi rafe' separando a los jóvenes y pidiéndoles que se dirigieran a sus respectivas clases.

Nada hacía prever que aquella discusión acabaría horas después en una reyerta con varios heridos graves. Sobre las dos y media de la tarde, al finalizar las clases, las víctimas (B.F., A.M. y D.T., de 19 y 20 años) coincidieron con los dos menores que les habían provocado mientras esperaban el autobús a Zaragoza. El viaje transcurrió sin incidentes, pero uno de los presuntos agresores utilizó su teléfono móvil para congregar a más personas en el intercambiador de autobuses de la avenida María Zambrano, el destino final en la capital.

La emboscada en el intercambiador

Al llegar a Zaragoza, las víctimas intentaron evitar el ataque apeándose por distintas puertas del autobús, pero no lo consiguieron. La agresión se desató de forma sorpresiva: uno de los menores expedientados se acercó a B.F. y le propinó un puñetazo en la cara. Cuando sus amigos intervinieron para defenderlo, el otro menor agresor, acompañado de personas mayores de edad, les pegó dos fuertes puñetazos, uno con una de las manos en la que portaba un anillo, envolviendo a los tres amigos en una “lluvia de patadas, golpes y puñetazos”.

La violencia escaló con la participación de otros dos amigos del atacante que, según Fiscalía, llegando al lugar en patinete. Uno de ellos usó un candado rígido para golpear a uno de los chicos, que con tres fuertes veces en la cabeza le dejó inconsciente. El cuarto menor, con otro candado de sirga, golpeó la cabeza de la segunda víctima, que consiguió que cayera al suelo desplomado.

Graves secuelas de la agresión

A consecuencia de esta brutal agresión, A.M. sufrió una fractura craneal y tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia. Según el informe de su defensa, el joven estuvo dos días en una situación muy delicada, con riesgo para su vida, requiriendo una operación muy delicada que culminó con la colocación de una malla de titanio en su cabeza.

Otro de los agredidos, B.F., también necesitó atención hospitalaria urgente. Acabó con la cabeza abierta, requiriendo grapas y posterior intervención. Como secuela permanente, le han quedado de por vida tres cicatrices en la cabeza, siendo la más grande de 17 centímetros.

Peticiones de internamiento e indemnización

El juicio por lesiones contra los cuatro menores (tres de diecisiete y uno de dieciséis años) se ha celebrando esta semana en dos sesiones realizadas el juzgado de menores número dos de Zaragoza, quedando 'visto para sentencia'. En el proceso estuvieron presentes conocidos abogados como Juan Carlos o Marina Ons.

Para los dos menores que originaron las lesiones más graves, el Ministerio Fiscal solicita un año de internamiento y quince meses de libertad vigilada. Para los otros dos menores implicados, la Fiscalía pide un año de libertad vigilada. Además, se solicita una indemnización económica de 34.000 euros para una de las víctimas y 22.000 euros para la otra, por las lesiones graves ocasionadas.