
Atardecer
Este atardecer en España parece sacado de otro planeta
Para los antiguos aborígenes canarios, este lugar era un sitio de culto. Hoy, su magnetismo sigue atrayendo, aunque de manera distinta a senderistas, fotógrafos y amantes de la naturaleza

En lo alto de Gran Canaria, donde el tiempo y la naturaleza se expresan en su forma más pura, se alza el majestuoso Roque Nublo. Un coloso de piedra que se eleva a 80 metros sobre su basa y alcanza los 1.813 metros sobre el nivel del mar, convirtiéndose en más que una formación volcánica y siendo símbolo, emblema cultura y un mirador privilegiado hacia uno de los espectáculos más bellos de la isla como es el atardecer.
El Roque Nublo brilla con luz propia, especialmente cuando el sol comienza a descender y el cielo se viste de tonos naranjas, dorados y violetas. Situado en el corazón del municipio de Tejeda, este monolito volcánico no sólo cautiva por su historia geológica, sino por la magia que envuelve su entorno al caer la noche, teniendo poco que envidiar a otros lugares del planeta con puestas de sol de ensueño.
Formado a partir del desgaste de una antigua colada de lava y cenizas -resquicios de un estratovolcán ya dormido-, Roque Nublo ha sido desde tiempos prehispánicos un lugar sagrado. Para los antiguos aborígenes canarios, era un lugar de culto. Hoy, su magnetismo sigue atrayendo, aunque de una manera distinta a senderistas, fotógrafos, y amantes de la naturaleza que buscan una conexión íntima con el paisaje.
Desde 1987, este enclave está protegido como espacio natural, y no es para menos. Las formaciones rocosas que lo rodean, con sus caprichosas siluetas, contribuyen a crear una escenografía casi surrealista. Sin embargo, para contemplar en toda su grandeza la silueta del Roque Nublo recortándose contra el cielo en llamas, muchos recomiendan observarlo desde el cercano Pico de las Nieves, el punto más alto de la isla. Desde allí, la distancia ofrece perspectiva, y la experiencia se vuelve casi espiritual.
Y es que hay días, especialmente cuando las nubes se enredan alrededor del monolito, en que el paisaje parece una pintura viva. Pero incluso en cielos despejados, la puesta de sol en Roque Nublo no necesita adornos. La naturaleza, en este rincón de Gran Canaria, se basta sola para emocionar.
¿Cómo llegar al Roque Nublo?
Llegar al Roque Nublo es toda una experiencia. El camino comienza generalmente en coche, ya que no hay transporte público que llegue hasta la base del sendero. La ruta más habitual parte desde Las Palmas de Gran Canaria, siguiendo la GC-15 o la GC-60 hacia el interior de la isla, atravesando paisajes cambiantes que van desde barrancos escarpados hasta bosques de pino canario. A medida que se asciende, las vistas se vuelven más dramáticas, anticipando la grandeza del lugar al que se va.
Una vez se llega al aparcamiento de La Goleta, en el entorno del Parque Rural del Nublo, comienza la caminata. Es un sendero de dificultad moderada, de aproximadamente 1,5 kilómetros (unos 30 minutos a pie), que serpentea entre riscos y coladas de lava solidificada. Aunque el terreno está bien señalizado, conviene llevar calzado adecuado y agua, especialmente si se hace el recorrido en las horas de más sol.
Durante la subida, el Roque Nublo se va revelando poco a poco, primero como una silueta imponente en el horizonte, y luego como un gigante de piedra que domina el paisaje. El sendero no solo conduce hacia él, sino también a través de otros rincones espectaculares como el Roque de la Rana, regalando perspectivas distintas y únicas en cada paso.
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