La exitosa serie británica Black Mirror, creada por Charlie Brooker en 2011 y reconocida por su crítica satírica de la tecnología y la sociedad moderna, ha llevado sus cámaras a tierras canarias. El municipio de Tejeda, en el corazón de Gran Canaria, ha sido elegido como escenario de uno de sus episodios más comentados.

El centro histórico de Tejeda, con sus casas de fachadas blancas y lugares patrimoniales como la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro y el Parador de Tejeda, sirvió de decorado natural para el sexto y último capítulo de la tercera temporada de la serie, titulado Hated in the Nation. Este episodio, que contó con un reparto de renombre encabezado por Kelly Macdonald, Faye Marsay y Benedict Wong, mostró escenas grabadas en este singular entorno que destaca por su belleza rural.

No sorprende que los productores de Black Mirror, distribuida a nivel mundial por Netflix, se decantaran por Tejeda. Este municipio forma parte de la prestigiosa red de los Pueblos Más Bonitos de España y se encuentra a los pies del imponente Roque Nublo, uno de los símbolos más destacados de Gran Canaria. Su paisaje está marcado por profundos barrancos, formaciones rocosas y una naturaleza exuberante que ofrece un marco perfecto tanto para el rodaje cinematográfico como para el turismo de desconexión y aventura.

Tejeda enamora por su estética tradicional y por sus propuestas culturales y naturales, además de por sus palmeras de chocolate gigantes. Entre sus principales atractivos destacan el Roque Bentayga -conocido como el “hermano mellizo” del Roque Nublo-, las misteriosas Cuevas del Rey, donde se encuentra la histórica Cueva del Guayre, y el Centro de Plantas Medicinales, un espacio dedicado a la botánica y la tradición curativa de la isla.

Cómo llegar a Tejeda

Para llegar a Tejeda se puede partir desde Las Palmas o Maspalomas en coche o transporte público. Desde la capital, se recomienda la carretera GC-15, y desde el sur, la GC-60. También hay conexiones en guagua con la empresa Global, aunque con menos frecuencia. El viaje, aunque largo, vale la pena por las vistas y el entorno natural que rodea a este municipio, aunque no es apto para personas que sufren de mareos.