
Ciudades
El rincón español que inspiró a Cartagena, La Habana y otras joyas de Hispanoamérica
Las fachadas señoriales, los balcones de madera tallada, los patios interiores y las plazas parecen trasladarnos a otra época, a un tiempo donde el Viejo y el Nuevo Mundo comenzaban a unirse

Cuando se evocan las importantes ciudades coloniales de América Latina -Cartagena de Indias, La Habana, Cuzco o Santo Domingo- pocas veces se menciona a Vegueta. Sin embargo, este histórico barrio fundacional de Las Palmas de Gran Canaria desempeñó un papel fundamental, no sólo en la historia de los viajes transatlánticos, sino también en el nacimiento estético y urbanístico de aquellas poblaciones que hoy deslumbran por su herencia colonial. Lo que muchos desconocen es que Vegueta fue el modelo arquitectónico que inspiró a las urbes del continente americano.
Cristóbal Colón, el almirante genovés que cambió el rumbo de la historia, pasó por Vegueta en tres de sus cuatro travesías hacia el Nuevo Mundo. En su primer viaje, el del descubrimiento en 1492, recaló en la ciudad para reparar una de sus carabelas antes de cruzar el Atlántico. Aquella parada técnica marcaría un vínculo histórico entre este rincón canario y el continente americano naciente.
No es casualidad, entonces, que al caminar por las calles empedradas de Vegueta, uno sienta que el tiempo se ha detenido. Las fachadas señoriales, los balcones de madera tallada, los patios interiores y las plazas parecen trasladarnos a otra época, a un tiempo donde el Viejo y el Nuevo Mundo comenzaban a unirse.
¿Qué ver en Vegueta?
El centro de este barrio histórico es la Plaza de Santa Ana, flanqueada por edificaciones que resumen siglos de historia. Presidiendo la plaza se alza majestuosa la Catedral de Santa Ana, cuya construcción se inició en el siglo XV y cuya mezcla de estilos -gótico, renacentista y neoclásico- da fe del paso de las generaciones. A sus pies, las Casas Consistoriales completan el conjunto monumental que convierte este lugar en una parada obligatoria para cualquier viajero. Subir a las torres de la catedral no solo es una experiencia cultural: es, además, una oportunidad de admirar desde las alturas el trazado urbano que fue exportado al otro lado del océano.
Otro lugar cargado de simbolismo es la Casa de Colón, uno de los museos más visitados de la ciudad. Aunque Colón nunca residió allí -pues se trataba de la casa del gobernador que lo acogió-, el edificio conserva la atmósfera de aquellos días en los que Europa se preparaba para descubrir un mundo hasta entonces desconocido. El museo se sumerge en los viajes colombinos, la cartografía de la época y los lazos entre Canarias y América.
La Ermita de San Antonio Abad, donde según la tradición Colón oró antes de zarpar, añade un matiz espiritual al itinerario. En el cercano Templete del Espíritu Santo, diseñado por el artista Ponce de León, se conjugan arte y devoción en un rincón que parece detenido en el tiempo.
Pasear por Vegueta es volver a la historia. La Calle de los Balcones, con sus casas nobles y detalles arquitectónicos, es una galería al aire libre de arte canario. Y no todo es pasado: el barrio también late con fuerza en espacios como el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), que ofrece una mirada actual sin perder la unión con la tradición. A pocos pasos, el Museo Canario guarda el legado prehispánico de la isla, y el Mercado de Vegueta llena el aire de aromas y colores que hablan de la vida cotidiana de ayer y hoy.
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