Castilla y León
La necesidad de la conciliación y la corresponsabilidad
A debate en Valladolid cómo el confinamiento ha abierto nuevos métodos y flexibilización en el trabajo en empresas y en la administración
Interesante debate el organizado por LA RAZÓN en Castilla y León en el Hotel Silken Juan de Austria en Valladolid donde se analizaba como el confinamiento, provocado por el Covid-19, ha afectado a la conciliación laboral y las lecciones que han surgido con esta situación, muchas de ellas ya aplicadas, en el seno de las administraciones y de las empresas de la Comunidad.
Una cita en la que participaba la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, junto con el director territorial de Bankia para Valladolid, Burgos y Soria, José Ángel Torres López; la presidenta de la Fundación Execyl y directora de relaciones externas de la empresa Madison, Teresa Cetulio; la secretaria de Mujer y políticas de Igualdad de Comisiones Obreras de Castilla y León, Yolanda Martín Ventura; y la vicepresidenta de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Ángela de Miguel, siendo moderada por el delegado de este periódico en Castilla y León, Raúl Mata.
Todos los presentes han coincidido en que este virus, que ha provocado la adaptación a pasos agigantados del teletrabajo, ha supuesto un «antes y después» para la conciliación y en especial, para la «corresponsabilidad», con una mayor implicación de los hombres, tanto en las tareas domésticas como en el cuidado de menores, mayores o personas con discapacidad.
La consejera Isabel Blanco arrancaba su intervención señalando que en estos largos meses de confinamiento se ha errado en los conceptos de «compaginar» y «conciliar». «No se ha conciliado», afirmaba a lo que añadía que se pueden extraer cosas positivas y que esta situación puede ser la «primera piedra» tanto para el teletrabajo -«aunque no sé si es mejor o peor, ya que cada empresa tiene sus circunstancias» señalaba-, como para una mayor implicación de los hombres en las tareas del hogar.
Eso sí, Blanco indicaba que desde la Junta se han puesto en marcha distintos programas como las ayudas a la reducción y de jornada laboral y excedencia, donde se han recibido 787 solicitudes hasta la fecha. A ello se suman los beneficios fiscales derivados a 20.000 familias o las ayudas directas para los gastos de guardería. Además se han abierto 142 centros dentro del programa «Crecemos» en el medio rural, mientras que 1.913 participan en «Conciliamos» en un total de 45 municipios y se han puesto en marcha los campamentos «Rural Camps».
Mientras, José Ángel Torres, destacaba que antes del decreto del Estado de Alarma, ya había bastantes trabajadores de Bankia operando desde sus hogares y que la filosofía de la empresa ha sido «dar la máxima prioridad a los empleados». Eso sí, confesaba que la carga de trabajo ha sido mayor, por lo que se ha mostrado partidario de la «desconexión digital». Torres se mostraba optimista de cara a ver el teletrabajo como una gran oportunidad para la conciliación en el futuro.
Para Teresa Cetulio no se ha vivido una «situación de teletrabajo», se «ha vivido otra cosa», aunque aplaudía el esfuerzo «inmenso» de reinvención realizado tanto por las empresas como por los trabajadores, y por la «paz social» generada por los sindicatos. Cetulio afirmaba que la barrera cultural respecto a la «conciliación» se ha resquebrajado y que mostraba su preocupación por trabajar con los empleados en el ámbito «emocional» por el miedo al futuro, en especial por una posible pérdida de empleo.
Ángela de Miguel analizaba la situación desde el punto de vista empresarial, y matizaba que cada empresa tiene su propia realidad a la hora de teletrabajar y conciliar, al depender, en muchos casos, del tamaño y del sector en el que opera. Asimismo manifestaba que cada vez son más las mujeres que piden una mayor «corresponsabilidad», al sufrir muchas dificultades para su proyección laboral y para ello reclamaba una mayor colaboración con las administraciones.
Por último, Yolanda Martín, afirmaba que el Covid-19 ha «visibilizado» aún más los problemas de conciliación por parte de la mujer que han existido siempre. «Un problema cultural que persiste» y lamentaba que el hecho de ser madres «penalice» en el sueldo. Por ello, instaba en trabajar en tres frentes, administración, empresas y Educación.
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