Apenas un 15 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 29 años se emancipa

Malos tiempos para ser joven en España, en general, y en Castilla y León, en particular. Y es que los castellanos y leoneses con edades entre los 16 y 29 años lo tienen complicado para poder irse de casa de sus padres y labrarse un futuro y un proyecto de vida autónomo o en pareja en la Comunidad.

Al menos así se desprende del Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de Castilla y León correspondiente a los seis primeros meses del pasado año que se ha hecho público este martes en Palencia, a cargo de la presidenta y el vicepresidente de esta entidad juvenil, Sandra Amez y Adriá Junyent, respectivamente.

Un informe en el que, entre otras cuestiones, se revela que apenas un 15 por ciento de los jóvenes de esta horquilla de edad logra emanciparse o que tienen que pagar más del 60 por ciento de sus ingresos en el alquiler de una vivienda.

Además, los datos de este Observatorio escenifican que Castilla y León pierde población joven por el mero hecho de que traslada su residencia a otros territorios de la España autonómica y que en tan solo un año esta Comunidad perdió más de 2.700 personas solamente por la movilidad interautonómica.

A finales de 2019 la tasa de actividad era del 51,6 por ciento, mientras que en el segundo trimestre de 2020 esta bajó hasta el 46,9 por ciento. El descenso fue más pronunciado entre el colectivo femenino que entre el masculino, obteniendo unas tasas de actividad del 43 y del 50,7 por ciento, respectivamente. Y es que, el desempleo aumentó 6,2 puntos porcentuales desde el segundo trimestre de 2019, hasta situarse en el 27,5 por ciento en el segundo trimestre de 2020. Mientras que, para más inri, la disminución de la tasa de actividad entre la población joven con estudios superiores, el colectivo con una mayor presencia en el mercado laboral, fue más intensa que en España (de 3,9 puntos en un año).

Un dato este último sangrante puesto que uno de los aspectos que distingue a la juventud de Castilla y León del conjunto nacional es la elevada cualificación que tienen, ya que el 51,2 por ciento de la población entre 16 y 29 años con trabajo en la Comunidad estaba sobrecualificada.

La precariedad laboral es seña de identidad en esta Comunidad para el colectivo juvenil, según el informe, que pone de relieve que el 92,4 por ciento de las contrataciones efectuadas entre menores de 30 años fueron de duración temporal. La mayoría de los nuevos contratos celebrados pertenecieron a la tipología de eventuales (52,5 por ciento), seguidos por los de obra y servicio (32,4 por ciento). De esa forma, tan solo el 7,6 por ciento de los pocos contratos celebrados fueron de carácter indefinido.

La pandemia agrava la situación

Sandra Ámez advierte en la presentación del estudio que estos datos reflejan “problemas estructurales” que se han visto agravados por la crisis sanitaria del coronavirus, que han dejado a este colectivo en una situación precaria y más vulnerable si cabe que antes de la pandemia, donde ya era delicada.

“El virus ha traído consigo más paro juvenil, la caída de la tasa de actividad y el descenso de la tasa de empleo”, lamenta.

Por todo ello, la presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León reclama a las administraciones públicas un mayor compromiso para con los jóvenes y, sobre todo, que les tengan en cuenta a la hora de plantear medidas para la recuperación.

“No podemos ser otra vez el colectivo que se queda a la cola de la recuperación, sino que se tiene que poner el foco y el objetivo en la juventud de la Comunidad, planteando medidas y acciones que realmente frenen el paro juvenil y la inestabilidad económica a la que nos enfrentamos”, finaliza.