La última reunión entre LM y trabajadores acaba con altercados

Los antidisturbios han tenido que acudir en la madrugada de este miércoles 11 de agosto a la nave de la empresa Cat&Rets de Ponferrada, el lugar “neutral” en el que el comité de empresa y dirección de la factoría de palas eólicas de LM están utilizando las últimas semanas para negociar los 393 despidos que ha puesto sobre la mesa la multinacional y que, por el momento, solo ha aceptado reducir en 23.

Tras la intención de la dirección de la empresa de romper las negociaciones en el período de consultas estipulado, que debía llegar a este viernes, los trabajadores hicieron una llamada por las redes sociales para concentrarse ante el edificio y hacer una sentada, a la que acompañaron de cortes de carretera.

La movilización fue cogiendo fuerza y comenzaron a quemar contenedores y a causar destrozos en el inmueble, tirando piedras y amenazando a los directivos que se encontraban allí.

Según el presidente del comité de empresa, Gabriel Garnelo, la empresa decidió dar por cerrada la negociación cuando se les puso sobre la mesa la propuesta de firmar una cláusula que atara el empleo en la centrar al menos por cinco años.

El cierre de las negociaciones podría desencadenar en un recurso judicial, según informa Garnelo, por incumplimiento del periodo de consultas “pero aún tienen tiempo de reflexionar”, según ha indicado.

El comité de empresa espera que esta sea una llamada de atención a las administraciones a las que pide que se involucren con el problema de los despidos y entren a formar parte en la mesa de negociación. Es algo que han solicitado expresamente a la Junta que no ha contestado a este respecto, según el comité.

Por otra parte, continua la huelga activa en LM y las negociaciones deberían continuar mañana jueves con una nueva reunión, aunque, a primera hora de este miércoles se desconoce cuál será la decisión de la dirección.

Los trabajadores grabaron su movilización y la colgaron en las redes sociales solicitando apoyo social y político ante la posible pérdida de casi el 40 por ciento de la plantilla actual en Ponferrada.