Economía

La hostelería se moviliza ante la crisis energética

El sector advierte de la “extrema gravedad” en la que se encuentran miles de negocios y propone una batería de medidas para hacer frente a la situación

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La hostelería española, en general, y la de Castilla y León y Valladolid, en particular, advierten de la “extrema gravedad” de la situación actual de muchos establecimientos debido a la inflación que sigue disparada desde hace más de un año y el alza de los costes energéticos que atraviesan la mayoría de los establecimientos hosteleros, que supone ya alrededor del 8 por ciento del gasto que soportan en su negocio.

Además, el coste medio de un local de restauración puede situarse actualmente entre 3.000 y 6.000 euros, que varía en función del tamaño, la localización y los servicios que se realicen. De este modo, el porcentaje de subida del recibo de la electricidad dependerá del tamaño y tipo de negocio hostelero, que podría situarse entre un 20 y un 40 por ciento, según apuntan fuentes del sector en España.

Hasta ahora el sector hostelero ha realizado acciones de mejora y eficiencia en el consumo, pero denuncia la falta de ayudas y apoyos para la reconversión de instalaciones y equipos. Tampoco se ha dispuesto de ayudas para la implantación de fuentes de energía renovables y sistemas de autoconsumo.

Frente a ello, el sector de hostelería se moviliza y propone las siguientes medidas ante la gravedad de la situación:

  • Una reclasificación por los cambios en su estructura de costes y disponer de un estatuto similar al de consumidor electro intensivo.
  • Aprobación y puesta en marcha de bonos eléctricos: aplicando los remanentes de las ayudas COVID-19 al sector, no aplicadas, y valoradas en estos momentos en 3.000 millones de euros. Para ello, piden a las administraciones que diseñen medidas de apoyo al consumo, reducción de costes y transición hacia fuentes de energía renovables.
  • Eliminación de peajes y búsqueda de fórmulas de contratación adaptadas a la realidad de sector. Se deben revisar los sistemas de contratación en términos de potencia, discontinuidad a lo largo de diferentes periodos en el año y eliminación de penalizaciones.
  • Rebajar los impuestos eléctricos y los costes regulatorios, estableciendo suspensiones temporales, moratorias y aplazamientos.
  • Otorgar avales públicos para poder acceder a compras de suministros renovables a largo plazo por parte de grupos de usuarios.
  • Promover los sistemas de compra agrupada y subastas de contratación en el sector.

El sector recuerda también que en la hostelería existe un tipo de consumo muy usual en franjas en que el coste de la energía es punta, por ello se encuentra claramente penalizado. Por ello es tan importante poder disponer de mayores fuentes de energía renovable y autoconsumo, así como de fórmulas de contratación más flexibles.

La subida de la electricidad es el punto de mayor preocupación para los hosteleros en estos momentos, al tratarse de un gasto básico que no se puede eliminar, del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, así, como la calefacción/aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción.

Además, la mayor parte de los negocios hosteleros (75%) han notado que el aumento generalizado de costes ha propiciado una tendencia al ahorro por parte del cliente. Éste se ha manifestado principalmente en la reducción del ticket medio, llegando al 54,5%.

Debido a todo esto, las previsiones para el último trimestre del año son de caída media de ventas. En concreto, un 71,3 por ciento de los encuestados piensa que la facturación va a ser inferior que la de 2019, un 21,7% cree que las ventas se van a mantener y sólo un 7 por ciento piensa que va a superar las cifras precrisis.

De los que piensan que la facturación va a ser inferior, más de un 80 por ciento cree que la caída va a ser superior al 10 por ciento

La hostelería es uno de los motores económicos del país, compuesto por más de 320 mil establecimientos que dan empleo directo a 1,7 millones de trabajadores y que supone una aportación a la economía nacional del 6,4% del PIB (4,9% la restauración y 1,5% el alojamiento).