Gastronomía

La arepa venezolana que se hace pincho en el Camino de Santiago

El chef Luis Ascanio presenta este producto en Carrión de los Condes (Palencia)

CARRIÓN DE LOS CONDES (PALENCIA), 22/07/2023.-Arepa con jijas, con pasta o con morcilla son algunas de las creaciones culinarias del chef venezolano Luis Ascario, que tras cuatro años en España ha iniciado su propio proyecto en Carrión de los Condes, en Palencia, con un hervidero de ideas para combinar sabores de la gastronomía castellana y venezolana. EFE/Xavi Ramos Pozo
El chef venezolano Luis Ascario tras cuatro años en España ha iniciado su propio proyecto en Carrión de los CondesXavi Ramos PozoAgencia EFE

Dicen que en Venezuela todos los niños nacen con una arepa bajo el brazo. Se puede entender, entonces, lo que para el país latinoamericano significa este producto precolombino, cuyo origen se disputa con el vecino Colombia. Y también son conocidas las dificultades que tienen los venezolanos para ganarse el pan, o mejor dicho, la arepa.

Hace cuatro años, el chef venezolano Luis Ascanio no se lo pensó, ‘agarró’ la arepa y viajó a España. “Buscaba la forma de salir de allí, sentía que las libertades del individuo se terminaban”, explica a EFE sin querer profundizar más en la situación del país latinoamericano.

La ya de por sí difícil adaptación de un migrante a una nueva sociedad se agravó para él al toparse casi a su llegada con la pandemia de la covid, aunque encontró como aliada a la montaña de Montserrat, en Barcelona, que le sirvió de lugar al que salir una vez que se fueron relajando las medidas de confinamiento. Luis no lo duda: “Ser emigrante es nacer de nuevo”.

Esa nueva vida le dio entonces la oportunidad de comenzar una nueva etapa en Carrión de los Condes (Palencia), en pleno corazón del granero de España y una de las cunas del mejor pan, dónde ha podido conocer la cocina tradicional de los pueblos castellanos y muchas de sus curiosidades, en los restaurantes de San Zoilo y La Corte.

Y en ese momento se abrió en la mente de Luis un mundo de ideas con único fin: combinar lo mejor de la tradición culinaria venezolana con la cocina castellana. Desde el pasado octubre su única preocupación ha sido la de formarse para el momento de ponerse en marcha su proyecto, para el que ha elegido un establecimiento de toda la vida, La Taberna del Peregrino.

El chef venezolano Luis Ascario tras cuatro años en España ha iniciado su propio proyecto en Carrión de los Condes
El chef venezolano Luis Ascario tras cuatro años en España ha iniciado su propio proyecto en Carrión de los CondesXavi Ramos PozoAgencia EFE

Desde hace algo más de dos meses, carrioneses, peregrinos del Camino de Santiago y turistas ya disfrutan de la arepa con jijas, la arepa con pasta de morcilla o la arepa con perico -un sofrito con orégano y huevo-; en definitiva, un verdadero símbolo de cómo la vida mejora cuando se sabe elegir y combinar ‘lo mejor de cada casa’.

Abre todos los días el establecimiento a las seis de la mañana, consciente del servicio que puede prestar a los peregrinos que, especialmente en verano, inician una nueva etapa desde Carrión de los Condes, una de las paradas casi obligatorias del Camino de Santiago.

La arepa, explica Luis, “te da energía para cuatro horas”, así que recomienda tomarla por la mañana o al mediodía, en cualquiera de las variedades que ofrece La Taberna del Peregrino.

Pero el cliente encontrará también otras tapas y raciones en las que podrá encontrar “combinaciones en el mismo plato” de sabores tradicionales y nuevos, lo que convierte a su cocina en una “tradición evolucionada”.

“No es algo para todos los días”, reconoce el propio chef, consciente de que las combinaciones en el mismo plato suelen aportar una alta carga energética y calórica, por lo que también intenta aportar a sus creaciones “menos carbohidratos y más vegetales y proteínas”.

‘Paté del hombre pobre’, ‘Escalivada con muslo de pollo o lacón’ o ‘Crema de berenjena asada en rodajas de pan’ son algunas de las ideas con mejor acogida en el catálogo de Luis.

Y el final de una historia, que siempre gusta que sea feliz, habla de una familia unida alrededor de un proyecto de vida, al que se han podido incorporar sus dos hijos, la madre de éstos y amigos íntimos; un equipo familiar que, además, extiende la felicidad entre aquellos que, aunque sea puntualmente, participan en él como ‘vividores’ de la experiencia.