
Medio Ambiente
Citius, Fortius y Pisuerga ya realizan sus primeros vuelos por el interior del Campo Grande
Se estima que las crías de águila calzada ya tienen entre 56 y 60 días de vida

Citius, Fortius y Pisuerga, las tres crías de águila calzada que anidan en el Campo Grande, ya se han lanzado varias veces desde el nido para practicar varios vuelos cortos por la zona, tres semanas después desde que el proyecto ‘Pennatus’ llevará a cabo el anillamiento y equipamiento con emisores GPS/GSM.
Se trata, según aseguran fuentes del Consistorio, de una gran noticia para el equipo que ha realizado estos trabajos y para el propio Ayuntamiento como institución que financia la causa. El investigador principal de la Asociación Pennatus, Ignacio García Dios, confirma el “normal desarrollo del período de aprendizaje de las técnicas de vuelo de los jóvenes de águila calzada, que ya tienen entre 56 y 60 días”.
Una vez marcados, han pasado una primera semana terminando su desarrollo en cuanto al crecimiento del plumaje, así como ganando más peso. Con 45-48 días, los jóvenes han salido del nido, en la fase de rameo, que consiste en ir andando por las ramas del nido y superiores del pinsapo donde habitan.
Después de superar esa primera fase, comienzan los vuelos lineales de árbol a árbol. “En esa etapa cogen destreza en ir de árbol a árbol en vuelos rectos. Es una fase delicada, ya que dejan su árbol para comenzar a moverse por dentro del parque, alejándose cada vez más. Tienen que tener cuidado con los aterrizajes, ya que es el momento más difícil de esa etapa”, comenta.
En ese sentido, también precisa que “a partir de ahí, los animales van practicando día a día en la mejora de ese tipo de vuelos. Los adultos están pendientes de ellos, los animan a volar pasando por encima, y les van a seguir llevando la comida al nido, lo cual va a hacer que cojan más destreza y fuerza para llegar rápido al nido en busca de comida que les haya traído el padre”.
Es una etapa en las que se les escucha mucho por Campo Grande. Ellos intentan llamar a los padres para pedirles comida, pero los padres les obligan a que vayan los jóvenes al nido. Es una etapa que irá avanzando poco a poco hasta conseguir una mayor independencia. Les queda todavía dos meses por delante, para ir aprendiendo a salir fuera del parque, ciclear, hacer picados, cazar, etc., terminado el crecimiento de las plumas, ganar peso, y desarrollar los músculos pectorales para adquirir más fuerza y resistencia en el vuelo.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, subraya que “la evolución de estos jóvenes ejemplares de águila calzada no solo es un motivo de satisfacción científica, sino también una excelente noticia para nuestra ciudad desde el punto de vista ecológico y medioambiental”.
“La presencia de estas aves rapaces en el corazón verde de Valladolid demuestra que la convivencia entre la biodiversidad y el entorno urbano es posible y deseable. Este proyecto refuerza nuestro compromiso con la conservación de la fauna autóctona y la mejora de los espacios naturales de la ciudad y pone sobre la mesa la importancia turística que puede adquirir este hecho para muchos amantes de las águilas calzadas y ornitología en general, y que puede repercutir positivamente para la ciudad”, completa.
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