Cultura
La impresionante iglesia que guarda entre sus muros la "Capilla Sixtina del Románico"
Está considerado como uno de los conjuntos artísticos "más importantes de Europa"
Muchas son las "capillas sixtinas" que se esconden en los muros de impresionantes templos de España. Pero una de ellas sobresale de las demás por su espectacularidad, hasta el punto que se la denomina "La Capilla Sixtina del Románico", debido a la calidad técnica de sus pinturas, que la han permitido llegar hasta nuestros días en un magnífico estado de conservación. Las “capillas sixtinas” que existen en el continente europeo destacan por su belleza, y su similitud a la original, que es la que se encuentra en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, la residencia oficial del Papa. Originalmente servía como capilla de la fortaleza vaticana.
Conocida anteriormente como Cappella Magna, toma su nombre del papa Sixto IV, quien ordenó su restauración entre 1477 y 1480. Desde entonces la capilla ha servido para celebrar diversos actos y ceremonias papales. Actualmente es la sede del cónclave, la reunión en la que los cardenales electores del Colegio Cardenalicio eligen a un nuevo Papa. La fama de la Capilla Sixtina se debe principalmente a su decoración al fresco, y especialmente a la bóveda y el testero, con El Juicio Final, ambas obras de Miguel Ángel.
Durante el pontificado de Sixto IV, un grupo de pintores renacentistas que incluía a Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli realizó dos series de paneles al fresco sobre la vida de Moisés (a la izquierda del altar, mirando hacia El Juicio Final) y la de Jesucristo (a la derecha del altar), acompañadas por retratos de los papas que habían gobernado la Iglesia hasta entonces en la zona superior y por cortinas pintadas con trampantojo en la zona inferior. Las pinturas fueron concluidas en 1482, y el 15 de agosto de 1483, con motivo de la festividad de la Asunción, Sixto IV celebró la primera misa en la capilla y la consagró a la Virgen María.
A cientos de kilómetros de Roma se encuentra “La Capilla Sixtina del Románico”. Más concretamente en la capital leonesa, y el templo que guarda esta joya, es la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, considerada como uno de los conjuntos románicos “más importantes de Europa”.
Se trata de un templo construido sobre la iglesia de tapial y ladrillo que mandó construir Alfonso V dedicada a San Juan Bautista, que sería reedificada en piedra dentro del estilo románico por Fernando I y Sancha bajo la advocación de San Isidoro en 1063 y posteriormente ampliada por Sancha Raimúndez ya en el siglo XII, dando lugar a la que actualmente se puede contemplar.
La iglesia actual presenta planta de cruz latina de tres naves, la central de mayor altura que las laterales, lo cual facilita la iluminación interior. De la cabecera original del siglo XII sólo perviven los dos ábsides semicirculares de las naves laterales. Mientras que la capilla mayor fue reedificada en estilo gótico por el maestro Juan de Badajoz el Viejo.
En el altar mayor reposan los restos de San Isidoro en una urna de plata, fundida en el siglo XIX por el maestro Rebollo. Sin duda, lo que más llama la atención de la arquitectura interior son los arcos polilobulados del crucero, de clara influencia islámica.
El Panteón de los Reyes de León se construyó por mandato de Fernando I y Sancha como cementerio real, pues en él se enterraron 11 reyes, 12 reinas, 10 infantes, nueve condes y diferentes nobles. Llaman la atención del visitante los capiteles, cargados de simbolismo, con escenas de la prefiguración de Cristo como la burra de Balaam o el sacrificio de Isaac así como las primeras representaciones de Cristo en nuestro arte medieval, en la resurrección de Lázaro y la curación del leproso.
Pero las joyas de este espacio, son las pinturas, que destacan no solo por su estética sino por su técnica al fresco que dada su calidad técnica ha permitido que las pinturas lleguen a nuestros días en un maravilloso estado de conservación, pudiendo ser contempladas en el lugar para el que se crearon.
Las escenas mas relevantes son:
- La Anunciación de los pastores, una escena bucólica de valor artístico incalculable dado su naturalismo, que nos hace viajar en el tiempo hasta la montaña leonesa de finales del siglo XI.
- La Santa Cena en la que ante una gran mesa repleta de comida, la figura central es la de Jesucristo que aparece entre Pedro y Juan. En las esquinas Judas Tadeo y Marcial “el copero”, una figura procedente de los evangelios apócrifos, relevante en tanto que servía el vino en la Última Cena, y la copa que lleva en su mano, se asocia tipológicamente con el cuenco de onix que compone el Cáliz de Doña Urraca.
- La Crucifixión claramente románica entre el sol y la luna, sobre la calavera de Adán. Destacan bajo la Cruz, arrodillados los mecenas del Panteón: Fernando I y su esposa la reina Sancha.
- El Apocalipsis de San Juan, que muestra en la bóveda central el Pantocrator, y una de las imágenes más conocidas de la pintura románica: el Calendario agrícola, en el que cada mes es representado simbólicamente por la actividad agrícola o ganadera que se desarrolla prioritariamente en ese periodo.
Tal es la espectacularidad de este templo, que cuenta hasta con un Museo, que muestra unos tesoros que fueron encargos de los reyes Fernando y Sancha para engrandecer la iglesia que ellos habían mandado construir. La dotaron de un importante ajuar litúrgico, aunque muchas de estas obras de arte se perdieron en los avatares sufridos a través de los siglos y otras se encuentra custodiadas en museos ajenos a la Colegiata, según destaca Wikipedia.
Algunas de estas piezas son:
-Arqueta de San Isidoro: Forrada con chapas de plata y realizada hacia 1065. Durante 900 años guardó el cuerpo del santo. Fue muy deteriorada en 1808.
-Arca de los marfiles: Allí se guardaron los restos de Pelayo y de San Juan Bautista. Datada del año 1059. En madera, con 25 marfiles incrustados.
-Portapaz de marfil.
-Marfil escandinavo: Representa un dragón replegado sobre sí mismo. Obra del siglo X.
-Cáliz de doña Urraca de 1100.
-Arca de los esmaltes con representación de la crucifixión y pantocrátor.
-Colección de telas: Dos estolas del siglo XII, 1197 y 1198, tejidas por Leonor de Plantagenet. Fragmentos de telas persas y árabes. Ternos renacentistas.
-Lignum Crucis, ostensorios y relicarios.
-Cruz de altar de Enrique de Arfe.
-Tríptico renacentista con la representación de la Anunciación, Visitación, Adoración de los Reyes y Calvario. En los batientes está el tema de las Once Mil Vírgenes, y el de la aparición de la Virgen a San Bernardo. Obra atribuida a Rodríguez Solís.
-Pendón de Baeza, del siglo XIV: Es una de las piezas más importantes del museo. La tradición cuenta que fue bordado en el propio campo del sitio de la batalla de Baeza (aunque tal batalla no existió, pues la plaza se rindió por capitulación pactada). Representa a San Isidoro a caballo con espada y cruz, como se apareció en el campo de batalla. Tema relacionado con las representaciones de esta época de Santiago y San Millán. Fondo carmesí, con las armas de León y Castilla. Tiene honores de capitán general.
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