Opinión
La inmensa autoridad del Rey
"Su autoridad es inmensa en España y fuera de ella. En medio de una atmósfera enmarañada, su abnegado empeño por acudir, sin escatimar esfuerzo, allá donde pueda ser útil, no pasa desapercibido en la calle"
Por mucho que un pequeño sector de la política española se esfuerce por oscurecer la figura de Felipe VI, lo cierto es que los españoles quieren cada día más a su Rey y se ven retratados en sus actos y palabras. Cuesta encontrar a un ciudadano de a pie que no mire a don Felipe con cariño y gratitud.
Su autoridad es inmensa en España y fuera de ella. En medio de una atmósfera enmarañada, su abnegado empeño por acudir, sin escatimar esfuerzo, allá donde pueda ser útil, no pasa desapercibido en la calle.
Don Felipe está demostrando ser el mejor Rey para esta hora de España. Felizmente, tenemos un monarca que cumple, hace suyos los límites que marca la Constitución y no traspasan ni una sola línea roja. Ni una, aunque a algunos les gustara. No lo hay más recio, más prudente.
El Rey Felipe permanece en su sitio. Tiene muy claro que la separación de poderes es pilar de toda democracia y de allí no se sale. Me comentaba en estos días, un alto alto cargo de la Banca, hasta qué punto el comportamiento de don Felipe es una garantía para la estabilidad económica y la seguridad financiera de España.
Durante los últimos nueve años, la actitud de Felipe VI ha sido impecable. Lo han cercado, le ha tocado apechar con situaciones vidriosas y de todas ha salido airoso. Este Rey es mucho Rey, como para ningunearlo. Los españoles perciben, cada día más, el amor que siente por ellos yaprecian lo que representa como símbolo de la unidad del Estado y de su permanencia; últimamente, hasta escasean los reproches e insultos de los secesionistas.
¿Por qué? Pues porque les perjudica hacerlo. A los españoles nos gusta el decir y el hacerde nuestro Rey, para legar a las próximas generaciones una España sólida y unida. Pero don Felipe es, también, un rey valiente, sin pelos en la lengua a la hora de denunciar atropellos e injusticias. Lo hizo, por ejemplo, ante Naciones Unidas, por los abusos de Rusia en Ucrania.
Éstas fueron sus palabras, que ocuparon las cabeceras de los principales medios internacionales: “Asistimos a un choque entre dos visiones del mundo: una de fuerza y represión, de intolerancia y exclusión, y otra, la europea, basada en valores como la democracia, la dignidad, La libertad, y el estado de derecho”.
En un momento en el que nuestras Instituciones y normas se cuestionan y ponen en tela de juicio, la figura de Felipe VI representa el valor de la moderación, la centralidad y la contención, que es lo que de verdad medula nuestra convivencia. Las encuestan muestran como se acrecienta el amor de la gente sencilla por sus Reyes.
Hasta la desafección de los más jóvenes, está cambiado favorablemente. En medio de tantos vaivenes, causa alegría este apuntalamiento de la Corona, _detrás del cual están don Felipe y doña Letizia_, y que esto sea porque se la percibe como útil y capaz de resanar cualquier fractura.
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