Sociedad
La pandemia y la frustración con el empleo agrava la salud mental entre los jóvenes
Seis de cada diez en situación de desempleo tienen un riesgo alto de padecer un problema de este tipo, según un informe de la Fundación Santa María la Real
La sede del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León ha acogido este martes un interesante encuentro en el que se ha debatido acerca de la salud mental juvenil y la empleabilidad en la Comunidad, donde se ha presentado un informe sobre la situación actual de los jóvenes vinculada a la salud mental y el empleo que ha sido elaborado por el área de inclusión social de la Fundación Santa María la Real que preside Ignacio Sobrino.
Un estudio en cierta manera inquietante, por cuanto desvela, entre otras cosas, que la crisis sanitaria del coronavirus ha agravado los problemas que había antes de salud mental entre los jóvenes derivados sobre todo de la carencia de un puesto de trabajo o precariedad del que se tiene que impide su emancipación o el hecho de no ver cumplidas las promesas o expectativas que les dieron, debido a la ansiedad social y el aislamiento que se pasó durante los meses de confinamiento, restricciones y desescalada hasta que regresó la normalidad.
El informe presentado hoy revela varios datos a tener en cuenta como que uno de cada dos jóvenes en Castilla y León, el 50 por ciento, son casos probables de padecer problemas de salud mental o que el 57,3 por ciento de las personas jóvenes en Castilla y León que se encuentran en situación de desempleo son quienes están en mayor riesgo de padecer problemas de salud mental, sobre todo entre los que tienen 30 y 35 años. Un porcentaje que se agrava aún más entre las mujeres (60,6 por ciento) y en el medio rural (62,9 por ciento).
Igualmente, el estudio advierte que en cuanto a la salud mental de las personas en precariedad laboral severa son los jóvenes de 25 a 29 años quienes presentan mayoría de casos en riesgo de
sufrir un trastorno mental (45,5 por ciento) frente al 34 por ciento de los casos en edades entre 30 y 35 años, y el 29,4 por ciento de 16 a 24 años.
Unos problemas que, según la directora del área social de la Fundación y una de las personas que ha realizado el estudio, Natalia Serrano, afectan en mayor medida a los jóvenes con estudios medios o bajos, aunque no solo, ya que según apunta hay muchos casos de jóvenes con estudios universitarios y másteres con problemas de salud mental, sobre todo por ansiedad, estrés o depresión "que luego suelen derivar en enfermedades mentales al uso", señala.
Al respecto, el 64,4 por ciento de las personas jóvenes en situación de desempleo que pertenecen a la clase social baja tienen riesgo a padecer problemas de salud mental, frente al 50 por ciento de quienes señalan ser de las clases sociales media y alta.
Álvaro Retortillo, director de la Fundación Santa María la Real, hacía hincapié en la presentación del estudio en la importancia de los programas de inserción laboral de la entidad, al asegurar que los jóvenes que participan en alguno de ellos tienen menor riesgo de padecer un problema de salud mental (cae al 45 por ciento el porcentaje) y al revés, si no se participa aumenta hasta el 65,1 por ciento.
También se hace mención respecto a cómo la situación de precariedad laboral provoca un deterioro en el bienestar emocional y la salud mental, llevando a la juventud a sentir una
mayor decepción o desesperanza en cuanto a mejorar las condiciones de trabajo y alcanzar condiciones dignas que les faciliten la independencia económica. Consecuentemente,
la carencia de empleos de calidad al alcance de los jóvenes en sus ciudades, municipios o provincias cercanas a sus familias y amigos, se traduce en la necesidad de movilizarse a grandes ciudades u otros países, donde tanto la demanda como la oferta de empleos es más amplia.
Así, por ejemplo, el estudio advierte de que el 49,1 por ciento del total de jóvenes indica encontrarse entre poco satisfechos y muy insatisfechos mientras que el 50,9 por ciento señala estar muy y bastante satisfechos con su vida. Además, cinco de cada 10 personas entre 16 y 35 años indican que en algún modo o en gran medida su situación laboral les causa malestar emocional. Sin embargo, según mejoran las condiciones laborales de estos jóvenes, el nivel de satisfacción con la vida aumenta.
Otra de las cuestiones que se aborda y se hace referencia en el informe es el aumento en la tasa de suicidio en las edades de 15 a 24 años, siendo este el motivo por el cual mueren más jóvenes en Castilla y León en estos momentos de acuerdo con los datos de defunciones. Y es que en la Comunidad han fallecido ya más jóvenes entre 15 y 39 años a causa del suicidio (34) que por cualquier otra causa externa de mortalidad.
En este sentido cabe señalar que uno de cada 5 jóvenes tiene un grado de desesperanza alto, es decir, mayor pesimismo y actitudes negativas hacia el futuro. Y que las mujeres son quienes experimentan en mayor medida desesperanza alta independientemente de la situación laboral, ya que el porcentaje de mujeres que se enfrenta a este sentimiento disminuye 5,5 puntos cuando se trata de mujeres que trabajan en condiciones precarias severas (21,3%) en comparación con las que están en situación de desempleo (26,8por ciento).
El informe lanza también una serie de recomendaciones de cara al futuro, como impulsar los programas de empleo que incorporen la perspectiva de salud mental y bienestar
emocional en Castilla y León; promover la perspectiva de género en los recursos juveniles de empleo, prestando especial atención en la salud mental de las mujeres; realizar acciones de sensibilización y educación en temáticas como el autocuidado, la autoestima y la resiliencia; brindar herramientas psicológicas a la juventud de Castilla y León para hacer frente a dificultades que puedan surgir dada la situación laboral; o crear espacios para la ampliación de redes de apoyo entre jóvenes fomentando la salud psicosocial.
Frustración
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, participaba en la presentación de este informe y lo hacía, entre otras cuestiones, para destacar el papel de la Fundación Santa María la Real por su trabajo en favor de la inclusión social y laboral así como a través de este tipo de informes que analizan una situación que se pone en conocimiento de las administraciones para actuar y dar una respuesta.
Blanco aseguraba que el trinomio jóvenes, empleo y salud mental es una prioridad para el Gobierno de Mañueco y su departamento, y, con los datos en la mano, advertía de la vinculación existente entre la frustración con el empleo y en el hecho de no cumplir las expectativas deseadas entre los jóvenes con la salud mental, y sobre todo entre las mujeres.
Ignacio Sobrino, por su parte, ponía en valor la labor que se realiza desde hace ya casi 40 años en la Fundación Santa María la Real, siempre comprometida con la sociedad, y avanzaba la creciente importancia que se le da en la entidad a la inclusión e investigación social, con el reto de ser cada día más visibles en esta faceta y en la de la empleabilidad de las personas más vulnerables.
Finalmente, Enrique Cabero, como anfitrión, daba las gracias a la Fundación por haber elegido la sede del CES para acoger este encuentro y la presentación del informe, y hacía referencia a la importancia del empleo en el desarrollo, dignidad y autonomía personal de los ciudadanos, en general, y de los jóvenes en particular. Y respecto al informe, aseguraba que abre grandes posibilidades de ser estudiado con profundidad por las administraciones para dar repuesta a las inquietudes que recoge, como el 17,86 por ciento de los que tienen más de 15 años en estos momentos de la Comunidad tengan problemas de salud mental.