"Iconografía del Barroco". Ese es el sugerente título que el profesor leonés, licenciado en Historia del Arte, Carlos Javier Taranilla de la Varga acaba de publicar con la editorial Almuzara. Un volumen imprescindible para todos aquellos historiadores del arte, artistas, estudiantes e interesados en comprender los significados ocultos de un arte que transformó la manera de comunicar mensajes a través de la imagen.

A través de unas 400 páginas, Taranilla nos guía en un recorrido fascinante por la iconografía barroca, desentrañando sus códigos y revelando el complejo sistema de símbolos que rige sus composiciones. Un estudio detallado de las alegorías, los emblemas y las escenas bíblicas, profanas y mitológicas que poblaron las pinturas, esculturas y artes decorativas de retablos, bóvedas y lienzos de la época.

Taranilla, que ha publicado hasta la fecha más de una treintena de libros sobre arte, historia y literatura infantil, entre los que destacan los "Grandes mitos y leyendas de la historia"; "El Santo Grial"; "Enigmas y misterios de León" o sendas iconografías también del románico y el gótico, da respuesta a preguntas sobre qué representan los cinco sentidos en la iconografía barroca; por qué las alegorías y emblemas fueron tan utilizados en la pintura y escultura; el papel que jugó la Contrarreforma en el desarrollo de la iconografía religiosa los significados ocultos que pueden encontrarse en la pintura de artistas como Rubens, Caravaggio o Velázquez.

Una época, que como se destaca en esta obra, con su exuberancia visual y su afán de persuasión, erigió un lenguaje simbólico en el que cada imagen, cada gesto y cada atributo poseían un significado preciso. Desde la espiritualidad exaltada de la imaginería religiosa hasta la sutil carga ideológica de los retratos cortesanos, este periodo se convirtió en una de las cumbres de la representación artística.