El símbolo de las clínicas de fisioterapia para plantar cara al intrusismo

En el Día Mundial de la Fisioterapia, Zamora puede presumir de poder contar con el primer centro de fisioterapia de Castilla y León que ha iluminado su fachada con el nuevo símbolo que identifica a estos titulados. Una iniciativa que tiene como finalidad plantar cara al creciente intrusismo existente en la profesión y que tiene en vilo y casi en pie de guerra a los profesionales de esta rama de la salud.

Y es que la capital del Románico ha sido una de las ciudades elegidas por el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) en esta conmemoración para la puesta en marcha de esta iniciativa que espera pueda convertirse en una referencia para estos profesionales titulados frente al intrusismo que sufren en su actividad diaria.

Este viernes se están encendiendo las primeras cruces blancas con bordes fucsias que, a partir de ahora, identificarán a los centros y clínicas de fisioterapia de profesionales titulados. Este símbolo lucirá a la entrada de estos establecimientos y servirá a los pacientes para diferenciarlos de otros locales que parecen ofrecer los mismos servicios, pero ponen en riesgo su salud.

Se trata del denominado como Proyecto iKono, creado para dar visibilidad y poner en valor la labor de los más de 66.000 fisioterapeutas titulados que hay en España, quienes podrán ser reconocidos a través de una cruz blanca y fucsia que lucirá a la entrada de sus centros y clínicas.

“Lo que se busca con este símbolo es la unidad de la profesión y representar la calidad de un servicio de fisioterapia", señala el presidente del CGCFE, Gustavo Paseiro Ares, mientras advierte del daño que estos "pseudoprofesionales" están haciendo a la población, en general, y a la profesión, en particular.

Igualmente, con esta iniciativa se pretende transmitir y concienciar a la sociedad en su conjunto sobre la contribución crucial que el trabajo de los fisioterapeutas lleva a cabo sobre la salud de las personas. "Lo que estamos buscando es la protección social y la visibilidad de la profesión, tanto a nivel público como de nuestros pacientes”, apunta el presidente., para quien la experiencia, profesionalidad, responsabilidad, atención y calidad de los servicios son los valores que rigen la actividad de estos profesionales.

La cruz blanca servirá de distintivo para que los pacientes tengan la seguridad de que serán atendidos por fisioterapeutas colegiados que van a proteger su salud. “Es una seña de identidad avalada por certificaciones que deben de tener los centros para avalar este trabajo sanitario que desde el punto de vista de garantías de la salud para el ciudadano debe de ir amparado por una normativa muy exigente”, afirma David Rivera, tesorero del Consejo General y del Consejo de Fisioterapeutas de Castilla y León.

Castilla y León cuenta con un colectivo de 3.310 colegiados que, a partir de este momento, disponen de una imagen única de referencia para los pacientes sobre sus cualidades profesionales frente a cualquier posible intrusismo en su actividad, ahora avalada con un elemento externo que ratifica de su formación específica y cualificada.