Opinión

Ucrania: Respuestas a medio y corto plazo

Desde el 24 de febrero de 2022 se han registrado más de 6 millones de refugiados procedentes de Ucrania en nuestro continente y algo más de 600.000 fuera

Un militar ucraniano durante la instrucción de combate
Un militar ucraniano durante la instrucción de combateEMADEMAD

En un contexto internacional de incertidumbre, el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, sigue causando, en este comienzo de año, víctimas inocentes, desplazando a millones de personas, huyendo de un lugar a otro, y provocado la mayor crisis humanitaria en Europa, desde la Segunda Guerra Mundial.

A ello hay que añadir las amargas consecuencias para los que resisten, junto a una crisis energética y alimentaria que está causando enorme sufrimiento lejos; en África, por ejemplo, porque las exportaciones de trigo siguen colapsadas. Los que llegan huyendo de las bombas a otros países europeos, tampoco reciben siempre una inserción social adecuada, así no se hable de ello.

Desde el 24 de febrero de 2022, se han registrado más de 6 millones de refugiados procedentes de Ucrania en nuestro continente y algo más de 600.000 fuera. Son datos facilitados por ACNUR. Tan sólo en el interior de este país martirizado, los desplazados se acercan a los 4 millones. Y he aquí otro dato, que añade sufrimiento al sufrimiento: la ley marcial que prohíbe la salida de varones entre 18 y 60 años, justifica que el 80 por ciento de las personas refugiadas sean mujeres, niños y personas ancianas.

Una ruptura familiar que tiene desgarradoras consecuencias, en gran medida para los más pequeños. En este contexto, la cruel realidad de los que luchan dentro de Ucrania, se agrava de día en día, particularmente la de aquellos que están en primera línea del frente y que carecen de oportunidades de descanso o de relevo.

Alberto Suárez, director de JRS, una de las personas que mejor conoce el conflicto y con mayor empeño anima a avivar la esperanza y trabajar por la paz, asegura que más de 14 millones de personas lo están pasando muy mal y precisan ayuda inmediata.

Para este tercer año de guerra, se prevé que la adversidad se intensifique, especialmente en el este y el sur del país, donde los bombardeos y los ataques selectivos contra las infraestructuras, forman parte de la vida cotidiana. ¡No podemos olvidar este conflicto armado!

Hay que negociar entre todos, hay que buscar una salida para que se acaben los combates. Ucrania necesita apoyo incondicional y la Europa de la Unión y los Estados Unidos, acumulan gran responsabilidad en ello. No tendría perdón de Dios, que continuáramos contemplando las escenas de dolor y devastación que, a diario nos ofrecen los medios de comunicación y permaneciéramos impasibles.

El horror de los bombardeos y sus efectos colaterales, están teniendo consecuencias dolorosísimas para los ucranianos, al no volcarse los aliados en socorrerlos. Ya no es solamente distribuir alimentos y medicinas lo que hace falta, sino también proporcionar alojamiento seguro, educación y medios con los que levantar sus vidas para los que lo pierden todo.

Ucrania es una realidad terrible que tenemos en nuestro continente y que no puede dejarnos indiferentes. Pero, lamentablemente, lo que uno observa es que esta guerra, que se desarrolla aquí al lado, está cayendo en el olvido, porque falta voluntad política para poner en el centro a las personas y dar esa respuesta, a medio y largo plazo, que imponga el alto el fuego. Algo que es posible si, quienes tienen que hacerlo, se ponen manos a la obra.