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El hombre que pintó el Dalí del Príncipe Carlos de Inglaterra

Un artista estadounidense afirma ser el autor de una serie de pinturas propiedad de un empresario y que han sido expuestas en la fundación escocesa del heredero al trono

El estadounidense Tony Tetro, un artista dedicado a la falsificación y a la réplica de trabajos de grandes nombres del arte
El estadounidense Tony Tetro, un artista dedicado a la falsificación y a la réplica de trabajos de grandes nombres del artelarazonLa Razón

Elmyr de Hory fue para muchos uno de los grandes falsificadores de todos los tiempos, como plasmó Orson Welles con su cámara en su personal documental «F for Fake». Era capaz de recrear con su trazo a Picasso, Modigliani, Matisse o Chagall, pero admitía que se le resistía Dalí porque tenía un trazo muy difícil de imitar.

Sin embargo, varias décadas después de la muerte de Hory sí ha aparecido alguien capaz de falsificar a Dalí hasta el punto de engañar a la sede de la fundación que lleva en Escocia el nombre del Príncipe Carlos de Inglaterra. Según destapó esta semana el tabloide «Daily Mail» el fondo pictórico de esta institución contiene obras de, además de Dalí, artistas como Picasso o Monet. Son 17 pinturas adquiridas por el empresario James Stunt y prestadas a la fundación. Sin embargo, todas ellas han sido realizadas por otra mano, concretamente la del estadounidense Tony Tetro, un artista dedicado a la falsificación y a la réplica de trabajos de grandes nombres del arte.

En el caso del autor surrealista, la institución británica guarda una nueva versión de una de las obras más famosas del genio de Figueres: «(Cuerpo hipercubo (basado en el tratado sobre la forma cúbica de Juan de Herrera, constructor de El Escorial))» más conocido como «Cristo hipercúbico», una composición de 1954 y que hoy puede verse en el Metropolitam Museum de Nueva York. En el Museo Vaticano se conserva un estudio preparatorio para la figura de Cristo mientras que en el Teatre-Museu Dalí de Figueres se tiene uno de la figura de la Virgen María para la que posó Gala. Pero no hay nada parecido a lo guardado en Dumfries House, el cuartel general de The Prince’s Foundation en Escocia, porque lo que vemos es una copia de la figura en la cruz.

Ayer, desde la Fundació Gala-Salvador Dalí se admitía que la pieza nunca ha pasado por su comité de expertización. En este sentido, el cuadro de la discordia no se incluye en el catálogo razonado del padre de los relojes blandos.

Sin embargo, Tetro parece algo obsesionado con el universo daliniano. Él mismo lo admite en su página web donde reconoce que, salvo esculturas y joyas, ha hecho nuevas pinturas al óleo, dibujos, acuarelas, gouaches, litografías y grabados de Salvador Dalí, un total de 25 trabajos en los que ha intentado explorar varias de sus etapas creativas. Antes de ponerse ante la tela o la hoja en blanco, Tetro estudiaba hasta el menor detalle sobre las técnicas empleadas por el maestro. Para el falsificador, como él mismo ha explicado, el hecho de que Dalí no catalogara su obra, a diferencia de Picasso, era una ventaja para poder «crear» nuevas pinturas y dibujos. «Esto abrió la puerta para emular su arte, que es lo único que hice», comenta este «creador» quien fue condenado en 1989 por falsificar a grandes maestros. En su página web incluso explica sus trucos para envejecer sus cuadros dalinianos empleando barnices y aceites parecidos a los que tenía el surrealista.

Lo que ya es más preocupante es la presencia de obras de Tony Tetro en el mercado en las que se ha añadido la firma de Dalí. Es el caso, por ejemplo, de un aguafuerte del estudio preparatorio del «Cristo de San Juan de la Cruz» de Dalí, copiada con detalle por el estadounidense hasta el punto de incluir a lápiz una copia de la firma del pintor de Figueres. Su precio en una conocida casa de subastas fue de solamente 400 dólares. Si fuera original de Dalí su valor sería superior a los 3.000 euros.

Tetro reconoce que si se dedica a este tema es porque un día cayó en sus manos un libro que lo cambió. Se titulaba «Fraude» y explicaba la aventura de Elmyr de Hory. Ahora el discípulo superó al maestro de la falsificación.