E. C. Ricart, un legado que se pierde

No es frecuente que el legado de un gran artista se disperse a través de portales de venta en internet. Eso es lo que está pasando desde hace algún tiempo con la obra de uno de los más interesantes grabadores catalanes del siglo pasado. Hablamos de Enric Cristòfol Ricart, un pintor que fue en sus inicios uno de los nombres más destacados de la vanguardia catalana, compartiendo ese tiempo e intereses con su buen amigo Joan Miró.

De todo eso ha quedado rastro en la venta que desde hace algún tiempo se está haciendo de algunas de sus obras y documentos procedentes de su archivo personal. Desde hace unos días se ofrece, por ejemplo, al desorbitado precio de 1.800 euros una tarjeta postal manuscrita que Josep Pla envió a Ricart el 4 de junio de 1925 desde París. Es un texto interesante para saber más sobre la manera de pensar del autor de «El quadern gris», redactado poco después de la aparición de «Coses vistes». Esto es lo que dice Pla a su amigo que se encuentra en Vilanova:

«París, dijous.

Amic Ricart: He rebut la vostra massa elogiosa carta la qual us agraeixo. El llibre, no crec que valgui res.

Per què no heu vingut aquest any? Ja sé que el vostre germà no és troba encara bé del tot. Creieu que el Macià i jo us hem anyorat.

En Mercadé diu que tingué molt èxit. Fasrà mal fet de no aprofitar-ho. I vos que feu? Treballeu força? No us canseu?

Adéu, Ricart. Us saluda el vostre aff. servidor i amic

Josep Pla

Saludeu a en J. M. Junoy»

Se trata de un documento importante en la que se confirma, entre otros aspectos, la amistad del entonces reportero Josep Pla con quien era en aquel momento ex teniente general de ingenieros y ex diputado catalanista Francesc Macià, exiliado en Francia.Escritor y político coincidieron en su oposición al régimen de Primo de Rivera y conspiraron juntos, aunque sin éxito, para derrocar al dictador.

En sus memorias, Ricart recuerda que fue en París donde coincidió con una serie de artistas y escritores, entre ellos Pla y Lluís Mercadé, pintor que también aparece citado en la postal. En la postdata, el ampurdanés cita a otro autor que era amigo común: el periodista y escritor Josep Maria Junoy.

Pero este no es el único material relacionado con Ricart que puede encontrarse ahora en un conocido portal dedicada a la compra-venta. Es el caso, por ejemplo, de una pequeña escultura de bronce por Manolo Hugué en la que se retrata al grabador. Su procedencia, tal y como apunta el vendedor de la figura, es la familia de Ricart.

De otro pintor, Domènec Carles, también se vende un pequeño apunte de 1911, lo que parece ser un apunte del natural de alguno de los compañeros del grupo de artista.

El mismo vendedor ofrece numerosos originales de un artista que debería tener su legado en un museo y no en un portal de internet a la espera de recibir ofertas de internautas. Son demasiadas piezas que cubren buena parte de las etapas creativas de Ricart. Hay desde dibujos de 1919 que son apuntes de animales de la Masia d’en Cabanyes, en Vilanova, pasando por anatomías femeninas que recuerdan a las que también dibujaba su amigo Miró. Tampoco faltan retratos de la bailaora la Chunga o algunos grabados coloreados a mano.

Lo más irónico es que entre estos materiales en venta es que aparecen hasta objetos personales o documentos vinculados con la familia. Es el caso de una colección de recortes de prensa, algunos de ellos con noticias de la muerte de E.C. Ricart en 1960.

Hace ahora algo más de un año que todo este material está dando vueltas por la red hasta el punto que una familiar de Ricart lo anuncia en su blog personal. Hacia el mes de mayo del pasado año, el autor de este reportaje supo que el Museu Víctor Balaguer de Vilanova, en el que se encuentran algunas obras de Ricart, estaba negociando la posibilidad de llegar a un acuerdo con los familiares del artista. Su intención era evitar que se disgregara todas estas piezas.

Por lo que parece las conversaciones no han llegado a buen puerto y el legado de Ricart sigue perdido para siempre.