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Ada Colau

Colau ensaya en Gràcia una ampliación del patrimonio protegido

El futuro catálogo incluye un millar de edificios, el doble que en la actualidad

Las casas de la calle de Encarnació
Las casas de la calle de EncarnaciólarazonEuropa Press

El Ayuntamiento de Barcelona quiere proteger el núcleo histórico de Gràcia y por eso ya trabaja en dos documentos urbanísticos para conservar el carácter identitario del barrio y de su tejido urbano. La idea es que la protección llegue a parcelas, casas y espacios privados. Por ello, se propone la revisión del Plan especial de protección del patrimonio histórico-artístico de la Vila de Gràcia y, por otro lado, se modificará el Plan General Metropolitano en este ámbito.

Con la revisión del catálogo, así pues, se pasa de 564 a 1.021 fincas con protección patrimonial. En la nueva lista -que se han hecho a través de un proceso participativo- entran las casetas de la calle de la Encarnació, que generaron una disputa entre los vecinos, el Ayuntamiento y la propiedad del edificio, ya que se había previsto una obra para derribar este patrimonio histórico del barrio.

Se añaden, por lo tanto, 25 elementos o fincas individuales que tendrán protección específica y también entran en el catálogo diez conjuntos nuevos. Todas estas incorporaciones recibirán el nivel de catalogación C, que obliga, en caso de intervenciones y obras en las fincas, a mantener la volumetría original y los elementos comunes y recuperar los elementos originales. Un nuevo elemento incorporado que no tiene nivel C, por ejemplo, es un mosaico «Azulejos Comercial Dergo» que se considera elemento de interés paisajístico de un establecimiento emblemático. El nuevo documento mantiene la Casa Vicens y el Parque Güell como Bienes Culturales de Interés Nacional.

Una de las novedades es la creación del conjunto de protección de la Vila de Gràcia que se concentra entre la vía Augusta, la avenida de la Riera de Cassoles, la Travessera de Dalt, la avenida Diagonal y las calles de Escorial, Bailén y Córcega. Este espacio lo conforman 390 fincas que tienen interés histórico porque se construyeron como muy tarde en 1932 y tienen tipologías originarias del barrio. De esta manera no se podrá llevar a cabo ningún derribo parcial o total de los edificios sin un informe previo del Ayuntamiento que lo autorice. En grandes obras, si es necesario, en la restauración elementos de la fachada para corregir alteraciones del original. «El objetivo es conservar la singularidad de estos ámbitos, donde desde los años 60 se ha producido una progresiva desaparición del tejido tradicional y un cambio importante de la imagen de ciudad jardín originaria en muchos lugares», señalan desde el Ayuntamiento.

Para ello, el gobierno municipal ha dictado una suspensión potestativa de licencias de nueva construcción y gran rehabilitación, de los comunicados de derribo y de la tramitación de planes urbanísticos derivados concretos. La suspensión se mantendrá activa durante un año y se aplicará en el ámbito que determina el plano de la imagen. Las intervenciones que se lleven a cabo en el barrio deberán «preservar el patrimonio construido característico de estos barrios, fomentar y estimular la rehabilitación y el mantenimiento y eviten la sustitución de las casas y construcciones que hay actualmente».

Nuevo catálogo

El nuevo catálogo obliga a preservar los patios y jardines, también privados, de la Vila de Gràcia y barrios de la Salut, Vallcarca y Penitents, el Camp d’en Grassot i Gràcia Nova. Actualmente hay 35,2 hectáreas de verde y, de éstas, 20,8 son privadas. El diagnóstico ha servido para ver si en los patios y jardines hay ejemplares susceptibles de ser considerados como árboles de interés local. De las 50 visitas realizadas, se han detectado 12 ejemplares destacables por sus características. El Ayuntamiento trabaja para extender esta medida en otros distritos de la ciudad.

«Queremos un nuevo catalogo de patrimonio de la ciudad y empezamos por Gràcia», señalaba esta semana la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, que apuntó la necesidad de incorporar la «visión social del patrimonio» para proteger también el tejido comercial, la trama urbana, la memoria y el carácter de los barrios y territorios. Sanz, que presentó junto al concejal del distrito, Eloi Badia, los cambios con los que el consistorio tendrá más herramientas para proteger el patrimonio de Gràcia, explicó que son un «aviso» a otros territorios y en concreto citó a Ciutat Vella. El catálogo entra ahora en fase de exposición pública, previa a la aprobación definitiva en el plenario en 2020.