Cataluña
Caitlin Moran: “Las adolescentes tienen miedo de ser mujeres adultas, hemos de enseñarles que no es tan terrible”
La escritora y periodista publica “Cómo ser famosa”, una novela en que habla con humor de cómo sobrevivir a un acoso
Desde hace una década, el nombre de Caitlin Moran es sinónimo de frescura, vitalidad, gracia y reflexión social. La literatura inglesa no recibía un golpe tan feliz desde que Arthur Conan Doyle decidió devolver a la vida a Sherlock Holmes. Por eso, era fácil adivinar que muchos de esos altos popes de la cultura anglosajona la mirarían con suspicacia. Pero no, nada más lejos de la verdad. «La escritura es un trabajo solitario y cuando encuentras a otro escritor con talento lo único que quieres es hablar con él y compartir miserias. Todos los escritores han sido maravillosos... bueno, todos no, Martin Amis es un capullo».
Como vemos, la sinceridad es el gran superpoder de esta escritora que ha puesto una sonrisa al feminismo. Está bien saber la opinión de los demás. Martin Amis, el autor de «Campos de Londres» o «Dinero» está claro que es muchísimas cosas, así que que sea un capullo es una posibilidad. «Sabes el problema, dijo que como yo escribía sobre masturbación femenina porque yo quería escribir como un hombre. Vamos a ver, no hay nada más femenino que una mano femenina tocando su propia vagina. ¿Qué hay de masculino allí? ¿Cómo se masturba Martin Amis? No entendí aquella relación», explica Moran.
La periodista y escritora regresa a las librerías con «Cómo ser famosa» (Anagrama), una novela que busca ser una especie de manual de supervivencia al acoso sexual, una experiencia a la que están expuestas la gran mayoría de las mujeres. «Yo fui una chica solitaria y sin una madre sabia que me diese consejos, así que siempre encontré las respuestas que buscaba en los libros. Mi obsesión es que mis libros sean igual de útiles. No me interesaba tanto explicar una historia de acoso como explicar una historia de cómo sobrevivir al acoso», asegura.
La historia es sencilla. Johanna, una joven con muchos sueños, llega a Londres para trabajar en un periódico como cronista musical. Allí se tropezará con todo tipo de personajes y famas, hasta que conoce a un despreciable cómico que grabará su forzado encuentro sexual. A partir de aquí crecerá la vergüenza y la humillación hasta que comprenderá que la única forma de no tener que vivir para siempre envuelta en una humillante la letra escarlata atada al pecho, lo que tendrá que hacer es recuperar el poder y ser ella quien explique la historia. «Cuando acabé la novela se inició todo el movimiento del metoo# y parecía que el mundo hubiese llegado a la misma conclusión que yo. Para recuperar la dignidad perdida necesitábamos compartir nuestras historias y traspasar la vergüenza de las víctimas a los verdugos. Por eso me encanta la cultura, porque este fue un fenómeno social, cultural, la política nunca hubiese conseguido tanto en tan poco tiempo», señala Moran.
Pero que nadie piense que esta es una historia trágica sobre el empoderamiento de la mujer. No, es una historia divertidísima sobre el empoderamiento de la mujer. «Tengo dos hijas adolescentes y lo único que oyen son historias de miedo sobre lo que es ser una mujer adulta. Las adolescentes no quieren crecer para tener que sufrir esa rémora. Me parece de una importancia vital hablar de esa luz, esas experiencias, esas maravillas que esconde también ser una mujer contemporánea y que no desmerecen de nuestras historias tristes», asegura.
Y lo mismo puede decir del sexo, otro de los protagonistas de la novela. «Los jóvenes buscan que les hablen de sexo, pero no encuentran nada. Si han de saber lo que es el sexo viendo porno en internet, entonces creerán que es algo donde hay que estrangularse, escupirse y hacer todo tipo de gimnasias de humillan. No, aquello es un trabajo de dos profesionales. Por eso, todo aquel que halla tenido un polvo increíble tiene la obligación de contarlo para que lo sepan los demás. Aquí nos burlamos, tenemos hasta un premio para la escena de sexo más ridícula, pero a mí me parece que hay que perder la vergüenza hasta para hablar fatal de sexo», comenta la escritora y periodista.
La novela está ambientada en los años 90, en plena explosión del brit pop, una época que ahora se ha romantizado, pero que para una mujer fue una época dramática. «Aquellos grupos despreciaban a sus fans adolescentes, se avergonzaban de ellas. Nadie entendía que eran ellas los que los estaban convirtiendo en millonarios. Por suerte, ahora es diferente. Gracias a internet, sabemos del poder del amor incondicional adolescente. Nadie se puede meter con Lizzo o Taylor Swift sin que caigan sobre ellos su furia. Si los Beatles cambiaron el mundo fue por el amor incondicional de las adolescentes que los hacían invencibles», comenta.
Otro de los temas interesante de la novela es el llamado odio al propio cuerpo y cómo te obligan prácticamente a despreciarlo a partir de burlas y concepciones erróneas. “No tiene mucho sentido. Yo trataba fatal a mi cuerpo hasta que tuve un perro. Lo paseaba, le daba buena comida, jugaba con él, intentaba que estuviese contento y vi que no hacía todo esto conmigo. Entonces aprendí que quizá no entendía eso de ámate a ti mismo, pero sí podía entender ama a tu mascota, y empecé a tratar a mi cuerpo como si fuera mi mascota”
Moran es todo un fenómeno global y ya ha acabado su siguiente novela, la segunda parte de «Cómo ser mujer». Además, ya trabaja en una nueva novela, «una obra de ciencia ficción que es como una mezcla de Margaret Atwood con “la chica explosica”, la comedia de John Hughes en la que dos adolescentes crean a la mujer perfecta». A partir de aquí, su idea es escribir su libro más político hasta la fecha, «Cómo salvar al mundo». «Puede que sea una ingenuidad, pero estoy convencida que una sólo palabra puede cambiar el mundo. Boris Johnson eran un columnista del Times y se convirtió en Primer Ministro. ¿Por qué no puedo hacerlo yo? Además, a mí no me despidieron por dar noticias falsas, así que seguro que haría mejor el trabajo. Creo sinceramente que la cultura puede promover más rápido al cambio que la política, así que prefiero escribir sobre ellos que presentarme a unas elecciones», concluye.
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