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Faltan mil médicos en la atención primaria para encarar la era post coronavirus

“Tenemos nuevas funciones de control epidemiológico, pero hemos de seguir atendiendo con un mínimo de calidad y aún no hemos recuperado la plantilla de 2010”, denuncia Metges de Cataluña en el Día Mundial del Médico de Familia

centros de atencion primaria (CAP)
"Hemos contenido la pandemia", señalan estos sanitarios, que en verano tendrán que trabajar también por las tardesEnric FontcubertaEFE

Desde la atención primaria, los médicos de familia han tenido un papel fundamental para evitar el escenario que más temía el país desde que aterrizó el nuevo coronavirus, que el sistema sanitario colapsara. Dos meses después, los profesionales que han estado en la trinchera de la COVID-19, como la jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron, Magda Campins, admiten que en los hospitales de Barcelona “hemos estado muy tensionados, pero hemos evitado el colapso”. Para lograrlo, se triplicaron las camas de UCI, se ingeniaron respiradores “low cost”, se incorporaron médicos jubilados y estudiantes de último curso de Medicina y la atención primaria actuó como dique de contención.

Ahora que la circulación del coronavirus ya es muy baja, a la atención primaria se le ha asignado un papel relevante en la nueva etapa de la COVID-19: ha asumido nuevas competencias como la atención a las residencias geriátricas, la detección de nuevos casos de coronavirus con pruebas PCR a pacientes con síntomas y el seguimiento de sus contactos. Y todas estas competencias nuevas, las hará una plantilla que todavía no se ha recuperado de los recortes de 2010.

Diez años después de los recortes, la atención primaria cuenta con 5.787 facultativos. Entre 2010 y 2019 se perdieron 858 médicos, según denuncia el sindicato Metges de Catalunya. ¿Se necesitan menos médicos hoy que hace nueve años? Un dato: hoy, Cataluña cuenta con una población de 7.600.267 personas, son más que en 2010, cuando había 7.462.044 personas.

Coincidiendo con el Día Mundial del Médico de Familia, Metges de Catalunya alza la voz y reclama mil médicos para poder encarar con garantías la nueva etapa de la COVID-19. “Si se pudieron triplicar las camas de UCI, ingeniar respiradores low cost y ampliar la plantilla en los hospitales para plantar cara a la pandemia, ¿por qué no se puede contratar más médicos de familia?”, pregunta una portavoz del sindicato.

Su petición es una vieja demanda. Hace un año y medio, los médicos, enfermeras y demás personal de la atención primaria se plantaron. Tras años de aguantar las consecuencias de los recortes del gobierno de Artur Mas dijeron basta y convocaron una huelga de cinco días.

Su paro sirvió para acordar con el Institut Català de la Salud (ICS), responsable del 80% de la atención primaria, un paquete de medidas para rebajar la presión asistencial, recuperar los pagos por objetivos, fijar la hora de cierre de las consultas a las 20.00 horas, ganar más minutos para visitar a los pacientes y el compromiso de contratar a más personal, entre otras cosas. Pero de los 309 médicos de familia que dijeron que contratarían, “se han repuesto un centenar”, protestan. Y con las nuevas responsabilidades que se les ha asignado para gestionar la era post pandemia, dicen que hacen falta al menos mil médicos más para encarar con garantías esta nueva etapa.

Además de asumir estas nuevas funciones de control epidemiológico, los médicos de familia tienen que seguir atendiendo a la población con patologías crónicas con unos estándares mínimos de calidad.

Más recursos humanos, más material de protección y más reconocimiento

Metges de Catalunya no sólo pide más recursos humanos. Reclama a Salud la provisión adecuada de material de protección individual contra el coronavirus y el rediseño organizativo y asistencial de la atención primaria, con el objetivo de absorber toda la actividad postergada por la pandemia sin poner en peligro ni a los profesionales ni a los usuarios.

También pide la calificación de “enfermedad profesional” para los facultativos contagiados por el coronavirus, uncomplemento específico de peligrosidad y la revisión de los recortes aplicados en 2010 que supusieron una pérdida del 30% del poder adquisitivo de los médicos. “Ya es hora que se reconozca a todos lo niveles el papel fundamental de los profesionales de medicina familiar y comunitaria, no sólo en la contención de la expansión de la COVID-19, también en la humanización del ejercicio médico”, reivindica el sindicado.

Dentro del paquete de demandas, que el sindicato rescata con motivo del Día del Médico de Familia, reclama garantizar y respetar el descaso tras las guardias de los facultativos, a cotización de las guardias como tiempo de trabajo y la recuperación de la jornada labroal de 36 horas. Respecto a los recortes de 2010 insiste en que el 25% del presupuesto de Salud se destine a la atención primaria, que se asignen los recursos necesarios para atender la COVID-19 en los CAP y en las residencias, los tes días anuales de asuntos propios que se habían asignado como contraprestación por la congelación de los salarios, recuperar la pagas extras pendientes y que la pandemia no sea un pretexto para recortar en los derechos laborales básicos, como la jornada laboral o las retribuciones.