Elecciones en Cataluña
Y el Covid se cruzó en las elecciones catalanas
La seguridad, la crisis y el virus condicionarán la cita con las urnas. Muchos vaticinan una gran abstención, mientras los empresarios creen que el Govern hace política ficción y viven en un mundo virtual
Ahora no pueden decir que la culpa es de Madrid. Con las competencias transferidas la gestión es desastrosa y la crisis económica sin precedentes. Es el crudo análisis de muchos dirigentes políticos alejados del soberanismo, y sobre todo de los sectores empresariales catalanes. Las cifras de rebrotes por la pandemia en Cataluña son cada día más alarmantes, la situación de su economía y el tejido industrial terribles. Algo que, según las fuentes consultadas, influirá en las próximas elecciones autonómicas, cuya fecha el presidente de La Generalitat, Quím Torra, sigue sin desvelar.
«El turismo, el comercio y la industria están hechos polvo», aseguran destacados empresarios que exigen a sus gobernantes el fin de la parálisis social y prioridad para combatir la covid-19, la recuperación y la competitividad. «El Govern hace política ficción, Torra y sus consejeros viven en un mundo virtual». Así se expresan cualificados empresarios muy críticos con La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que tienen a la ciudad prácticamente vacía y paralizada.
Al gobierno de la Generalitat la gestión de la covid se le ha ido de las manos, como lo demuestra que Cataluña esté en cabeza de los rebrotes en toda España. Junto a la tremenda situación sanitaria está la economía, que muchos empresarios auguran con una cifra cercana a los cincuenta mil parados a la vuelta del verano. «El espectáculo del Govern es tremendo», opinan en estos foros. El último en pronunciarse, el Círculo de Economía, que en un durísimo comunicado afirma que en los últimos tiempos Cataluña «ha perdido tiempo y ambición», y reclama salga de la actual parálisis.
Más discurso radical
Por su parte, la poderosa patronal Foment del Treball, que preside Josep Sánchez-Llibre, critica fuertemente el plan de movilidad urbana de la alcaldesa Ada Colau, por considerarlo letal para la Ciudad Condal, su comercio, sus hoteles, la restauración y los sectores industriales. En similares términos se expresan los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona contrarios a la transformación del espacio urbano diseñado por Colau.
Frente a una crisis tan profunda, los soberanistas insisten en su discurso radical. Ataques a la Corona, exigencia del referéndum de autodeterminación y mesa de diálogo son la eterna cantinela de QuímTorra, Oriol Junqueras y los independentistas. A ello se unen ahora ataques al Tribunal Supremo por su revocación del tercer grado penitenciario que ha permitido la salida de los presos. Mientras, el Govern oculta muchas cifras de la pandemia e ignora las auténticas preocupaciones de la sociedad catalana que, según las fuentes consultadas, son tres: «La seguridad, la crisis y el virus». Todo esto influirá con fuerza en las elecciones, dónde muchos vaticinan una gran abstención. «La gente está asustada, de cada tres personas con trabajo una puede perderlo», dice un destacado empresario del sector hotelero, la mayoría ahora cerrados y con sucesivas cancelaciones los pocos que aún permanecen abiertos. Con los rebrotes del Covid disparados, dan el verano completamente perdido.
Para los empresarios resulta inaudito que ni Torra, ni nadie del Govern, hayan hecho un detallado análisis de los acuerdos de la Unión Europea y su repercusión en Cataluña, mientras se enrocan en el discurso soberanista bajo una desastrosa gestión sanitaria y económica. En el entorno del presidente de La Generalitat nadie confirma la fecha de las elecciones, aunque algunas fuentes la sitúan el cuatro de octubre. Para ello, Torra debería convocarlas el once de agosto, algo que no todos ven como probable. Los más próximos al presidente, pendiente de la reunión del Tribunal Supremo que debe inhabilitarle, se inclinan por retrasarla para dar tiempo a la candidatura de Carles Puigdemont y debilitar a Esquerra Republicana. Estas fuentes vaticinan la convocatoria sobre el once de septiembre, coincidiendo con la Diada, y celebrarlas a finales de octubre o primeros de noviembre.
Este calendario complica los planes de Pedro Sánchez, en pleno debate de los Presupuestos del Estado, que obligarán al distanciamiento de ERC.
En plena ebullición del mundo soberanista, el análisis es que Puigdemont mantiene un discurso mucho más firme contra Madrid, por lo que en unas elecciones catalanas parte con ventaja. «Se llevará el voto romántico», opinan responsables de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ahora muy distanciados de Esquerra Republicana por su apoyo a Pedro Sánchez. «Nos han engañado en todo», dicen estas fuentes ante el fracaso de un posible indulto a Junqueras o el éxito de la mesa para el diálogo con el gobierno. La inminencia de las elecciones catalanas les obliga a endurecer su discurso radical, mucho más ante un Quím Torra inhabilitado que lo explotará electoralmente. En el entorno de Torra y Puigdemont confirman que su mensaje será destacar «La indignidad de un tribunal español que condena a un presidente de La Generalitat». La campaña victimista está servida. «Nos deja con las manos atadas», admiten en la cúpula de Esquerra Republicana.
Aunque por el momento ERC lidera las encuestas, dirigentes y diputados reconocen que Torra, y desde su refugio en Waterloo Carles Puigdemont, les llevan ventaja. «Nos están ganando la partida», admiten estas fuentes. La tremenda crisis económica que se avecina coincidirá con la campaña electoral y su gestión puede oscilar el voto con una fuerte abstención. La tragedia del coronavirus ha dado un giro al escenario político soberanista. La inhabilitación definitiva de Quím Torra por el Tribunal Supremo será el eje central del PDECaT, la Crida y la ANC, lo que deja «pillados» a los republicanos. Todo ello y el continuo «choque de trenes» de Quím Torra contra Madrid obliga a ERC a un cambio de estrategia.
La pésima gestión contra la tragedia del coronavirus y la gravedad económica marcarán, sin duda, los comicios catalanas cuando quiera que se celebren. Y por ende, una vez más, los planes de Moncloa y Pedro Sánchez. «ERC actúa siempre en clave catalana», advierten los socialistas, que planean esa geometría variable y un nuevo escenario de socios hacia los Presupuestos. Algo que rechaza rotundamente Pablo Iglesias, ahora debilitado por los escándalos de Podemos y los acuerdos conseguidos con la UE. Aunque muchos opinan que «tragará con todo» antes de verse obligado a dejar el poder. Como ironiza un ministro del Gobierno: «Tiene cara para eso y mucho más, es el líder de la casta sobre la casta».
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