Historia

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¿Era el médico de la Reina de Inglaterra un asesino en serie?

William Withey Gull siempre ha sido considerado como uno de los principales sospechosos de ser Jack el Destripador

Recorte de prensa de la época sobre el caso de Jack el Destripador
Recorte de prensa de la época sobre el caso de Jack el DestripadorlarazonEFE

Es una leyenda, una de esas historias que van pasando de generación en generación y que se repiten tantas veces que ya forma parte del imaginario popular. Desde hace demasiados años, como si se tratase de un juego, el doctor William Withey Gull se considera como uno de los mejores candidatos a ser Jack el Destripador. “From Hell”, el genial cómic de Alan Moore se encargó de alimentar el mito, algo que subrayó la decepcionante adaptación cinematográfica del mismo título. Pero, ¿fue realmente el médico de la Reina Victoria de Inglaterra el responsable de la muerte violenta de cinco prostitutas? Es el momento de analizar los cargos contra el galeno.

Gull había nacido en el seno de una familia modesta en 1816. Su padre era el dueño de una barcaza y fue allí donde nació nuestro hombre. Su padre murió cuando el niño tenía diez años y fue su madre quien puso el empeño, pese a los pocos medios de que disponía, para que su hijo estudiara. Fue el rector de la parroquia de Beaumont quien se interesó por el joven cuando la familia se instaló allí, apoyándolo en su formación. Él y, especialmente, el tío del rector, tesorero del Guy Hospital, fueron los responsables de incentivar su interés por la medicina, carrera en la que acabó teniendo un muy importante éxito hasta el punto de obtener las más altas distinciones que en este campo había en Gran Bretaña.

En 1872 fue nombrado barón en agradecimiento por haber tratado al Príncipe de Gales de una fiebre tifoide. A los oídos de la Reina Victoria llegaron las noticias de las buenas artes del doctor por lo que lo nombró su médico ordinario, una distinción que tenía más de honorífica que de práctica, pero que reconocía a Gull y lo llevaba a lo más alto.

En lo más bajo se encontraban una serie de oscuros asesinatos perpetrados en Whitechapel, uno de los barrios más humildes del Londres de ese tiempo. Fue allí donde un 31 de agosto de 1888 la policía encontraron hacia las seis de la mañana el cuerpo sin vida de una mujer llamada Annie Chapman. Ese está considerado oficialmente como el primero de los crímenes perpetrados por un asesino en serie que ha pasado a la historia bajo el nombre de Jack el Destripador. Desde agosto hasta noviembre se encargó de sembrar el terror matando con extremada violencia. Todas sus víctimas fueron prostitutas a las que desfiguró con precisión casi médica. Nunca se ha podido establecer con total certeza quién era él. Hay candidatos para todos los gustos, desde un estudiante impotente a un carnicero pasando por una mujer de aficiones sangrientas. Pero ha sido el nombre William Whitey Gull uno de los que han hecho más fortuna.

En 1895 comenzaron a circular una serie de artículos en la prensa estadounidense en los que se especulaba con la posibilidad de que fuera “un médico de alto nivel” el autor material de aquel horror, algo que parecía confirmarse por una conversación entre doctores. Gull hacía cinco años que había muerto y en aquellos reportajes no se indicaba su nombre. En estos reportajes se hablaba de “un médico demente afligido por una manía erótica salvajemente incontrolable” y se añadía una historia demencial. Un médium llamado Robert James Lees habría ayudado hace tiempo a la policía a identificar a nuestro protagonista como Jack el Destripador. Claro, un médium lo ve todo, debió pensar el gacetillero que redactó la crónica.

El gran lío llegó en 1970 de la mano de otro médico, Thomas Eldon Alexander Stowell, quien disfrazado de Sherlock Holmes se dispuso a lanzar una teoría que se ha convertido en una de las más populares, campo fértil para la conspiración. Stowell presumía de tener información de primera mano porque uno de sus amigos era el yerno de Gull. De esta manera habría sabido que el honorable doctor tenía un paciente al que identifica como “S”, una manera un tanto tosca de esconder el nombre del Príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence y Avondale, nieto de Victoria de Inglaterra y enfermo de sífilis probablemente contraída en sus escapadas con prostitutas por Whitechapel. Stowell aseguraba haber accedido a las notas privadas de Gull, aunque no pudo dar mucha más información porque murió poco después de publicar sus pesquisas. Nunca han aparecido esas notas privadas si es que alguna vez existieron.

Tres años más tarde, la BBC convirtió todo eso en una miniserie en la que sin ningún tipo de tapujos se señalaba a Gull como Jack el Destripador. Otra producción para la televisión, protagonizada por Michael Caine en 1988, siguió la teoría que quedó reforzada con la obra “From Hell” de Alan Moore.

La verdad es que en el momento de los crímenes, el pobre doctor Gull había sufrido un derrame cerebral. Los estudiosos del caso lo descartan como sospechoso número uno de un caso que sigue fascinando.