Memoria histórica

Cataluña retirará el último gran vestigio del franquismo el próximo verano

La operación del monumento sobre el Ebro de Tortosa tendrá un coste de 200.000 euros

El monumento a la batalla del Ebro en Tortosa, objetivo a erradicar por la Generalitat de Cataluña
El monumento a la batalla del Ebro en Tortosa, objetivo a erradicar por la Generalitat de CataluñaSusanna S�ezEFE

La Generalitat, coincidiendo con el 45 aniversario de la muerte de Franco, ha anunciado que el monumento franquista de Tortosa se retirará el próximo verano. El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès , y la consejera de Justicia, Ester Capella han explicado ante el monolito que durante el mes de marzo se adjudicará la obra y el derribo, que se realizará por partes, por 200.000 euros.

Capella aseguró que “no es una declaración de intenciones, sino un proceso que ya está en marcha”, por lo que ha comenzado “la cuenta atrás definitiva para retirar un símbolo que ensalza la dictadura y que humilla a las víctimas del franquismo “. La consellera ha reprochado que el Gobierno no haya retirado el monumento desde la aprobación de la Ley de memoria histórica, y ha criticado que su permanencia “demuestra la debilidad de la democracia española y la profundidad de la huella del franquismo”. Capella ha también ha criticado que el Estado haya negado ser propietario del monumento: “No lo quiere nadie porque nadie quería asumir la responsabilidad de retirarlo”, y ha pedido que no haya trabas ni atrasos al conceder las licencias de obras.

El monumento se trata del vestigio más grande de la dictadura franquista en Cataluña, inaugurado en 1966 para conmemorar el 25 aniversario de la victoria nacional en la batalla del Ebro. El monumento, que se construyó sobre los restos de un antiguo puente que los republicanos hicieron volar en su retirada, consta de dos pirámides, una de 16 metros y la otra de unos 40.

El proyecto que ha presentado la Generalitat prevé construir un gran andamio de la misma altura del monumento que se sujetará a la pilastra. Unos operarios irán cortando el monolito en piezas, con la misma técnica que se utiliza para seccionar las vigas de hierro. También se colocará una gran grúa que pueda alargar el brazo hasta 65 metros para ir retirando las piezas cortadas. No obstante, Antonio López, uno de los arquitectos que ha hecho el estudio previo para la viabilidad de la retirada del monumento, explica que la retirada se hará teniendo en cuenta el valor artístico del monumento y se intentará preservarlo de manera íntegra: “Entendemos que son elementos que tienen un indudable valor artístico y, por tanto, se deben conservar en su integridad. Yo asimilo el proceso a un desmontaje de una exposición.”

En la misma línea, Aragonès ha reclamado que no haya impedimentos: “Esperamos que el Estado no tenga la tentación de hacer un trabajo que deberían hacer ellos. Estamos dispuestos a borrar todo lo que enaltezca una dictadura que queremos bien lejos”. Ha reprochado que “este monumento se mantiene en pie porque durante demasiado tiempo el Estado español ha aplicado la política de la desmemoria, este Estado que no ha pedido perdón por el presidente Companys es el mismo que no ha hecho limpieza de la guerra”. Aragonès ha pedido no dar ninguna legitimación al fascismo ni a “esta extrema derecha que en el Estado español representa Vox y que algunas fuerzas como PP y Cs con sus pactos han contribuido a blanquear”.

La alcaldesa de Tortosa ha afirmado que si el consistorio no había retirado el monumento hasta ahora era por falta de competencias, y ha pedido que la decisión no comporte enfrentamientos: “Para mucha gente, este monumento, más allá de su origen, ha formado parte de la ciudad. Nos guste o no, diferentes generaciones han crecido en Tortosa sin verlo como un símbolo del franquismo sino que lo han tratado como parte del paisaje”.