Guerra abierta
Los Mossos alertan de una plantilla envejecida en menos de 10 años
La denuncia coincide con las del aumento de agresiones a los agentes y la escasez de efectivos
La guerra que siempre ha existido entre Mossos d’Esquadra y la conselleria de Interior y por extensión la Generalitat viene de lejos, pero se ha recrudecido mucho en los últimos días. Una de las causas ha sido el fenómeno de los macrobotellones por el cierre del ocio nocturno, que a su vez ha revertido en un fuerte crecimiento de las agresiones de estos jóvenes a las fuerzas de seguridad. El último ejemplo ocurrió este fin de semana en Vacarisses, con cinco detenidos.
Los sindicatos ya se han quejado de esta “nueva” situación”, que se añade a las conocidas de horas extra no remuneradas -más de 80.000 este verano- y escasez de plantilla, pero ahora se suma otra. Concretamente, fuentes del sindicato mayoritario dentro del cuerpo, Uspac, han alertaron a LA RAZÓN que la media de edad de la Policía Autonómica puede quedar envejecida sobre el año 2031, aproximadamente.
Las citadas fuentes constatan que “sobre los años 2031 o 2032, cerca del 50 % de los mossos, se podrá acoger a la segunda actividad -mucho menos exigente que la primera, que es más para jóvenes-, que es por edad, los 57 años. La edad es el único criterio, sin tener en cuenta las personas que irse a otras policías locales, o gente que padezca alguna enfermedad, o accidentes...podemos superar en 10 años el 60 % del cuerpo en segunda actividad, se tienen que hacer promociones y promociones cada año, para que Mossos no sea un colapso”.
Por su parte, el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, ha instado este pasado lunes a incrementar la plantilla de los Mossos d’Esquadra, la jubilación anticipada y la feminización del cuerpo.
Lo dijo durante el acto del Día de les Esquadres en Barcelona, en el que también han asistido el comisario Joan Carles Molinero, el jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial, el comisario Carles Anfruns y la jefa y el subjefe de la Región Policial Metropolitana de Barcelona, la comisaria Marta Fernàndez, y el intendente Ignasi Teixidó.
Durante el acto se han entregado 22 medallas, 18 a agentes de los Mossos d’Esquadra, dos a la Guardia Urbana y dos a miembros de sociedad civil por su trayectoria o acción: “Es un inmenso honor ser conseller de un cuerpo como Mossos que se define por su enorme vocación de servicio público”.
Remarcó que el cuerpo de Mossos “está siempre entre las instituciones más bien valoradas”, y que la ciudadanía sabe y valora el trabajo que hacen los agentes en los pueblos y ciudades de Cataluña.
“Habéis sufrido agresiones inaceptables y habéis trabajado durante muchos meses en circunstancias difíciles. El trabajo que habéis hecho los Mossos d’Esquadra ha sido extraordinario. Sin vosotros, los que sufren, sufrirían mucho más”, añadió.
Por su parte, la jefa de la Región Policial Metropolitana de Barcelona, la comisaria Marta Fernàndez, manifestó que en este acto se puso en valor el trabajo del 2020, donde la actividad policial no se redujo y donde la policía ha sido “un servicio esencial”.
Explicó que durante 2020, los delitos se redujeron en más de un 40% en la ciudad de Barcelona, y los incidentes a los que dieron respuesta fueron más de 500.000. “Las personas son el centro y la razón de ser de nuestro trabajo”, añadió, y ha agradeció el trabajo de todos los agentes del cuerpo.
Lo cierto es que el tema de las agresiones a policías es un problema que se repite por toda la geografía catalana. Incluso amenaza seriamente al orden público, no tanto por el botellón en sí mismo, si no por la violencia latente y, en particular, contra las fuerzas del orden. Tal y como explicó el portavoz sindical de los Mossos, Toni Castejón, “la violencia es extrema, compañeros con 20 años de profesión nunca han vivido algo igual”.
Ante las críticas del cuerpo, Elena apostó por «repensar» al modelo de ocio nocturno y alertó de que la realidad de los botellones no dejará de existir. Por eso, ve imprescindible impulsar un pacto para el ocio nocturno con todos a los agentes implicados, desde los locales a los cuerpos policiales, pasando por entidades, colectivos juveniles y ayuntamientos.
Elena señaló en un artículo al ‘NacióDigital’ que ni tiene sentido ni es posible reprimir el ocio en la calle y por eso ha propuesto generar en la calle de la mano de asociaciones, colectivos, movimientos sociales y ayuntamientos. Estas actividades tienen que permitir controlar el aforo, la venta de consumiciones, los servicios de orden voluntarios e interlocución con los cuerpos de seguridad.
El conseller insistió en que a pesar del foco en los botellones durante el verano, este no es un fenómeno nuevo ni ligado exclusivamente al cierre de los locales de ocio por la pandemia. De hecho, ha valorado que con la apertura de estos establecimientos, los botellones han vuelto a los niveles previos a la pandemia. Y es que ha apuntado que sus causas son diversas y que lo que tienen que hacer las administraciones, y el conjunto de la sociedad, es dar respuesta.
Por ello, pidió también diferenciar entre los botellones y los «actos vandálicos» que tuvieron lugar durante Mercè a Barcelona y las agresiones a la policía de Tiana. En este sentido, ha asegurado que serán «implacables» con las actitudes violentas o delincuenciales. Por otra parte, ha reclamado no identificar delincuencia ni violencia con juventud.
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