Los dibujos de Lorca de Santos Torroella son de Maruja Mallo

En el otoño de 1922, un jovencito ampurdanés de cabellos largos y con una patológica timidez llegaba a Madrid con la intención de estudiar la carrera de pintor en la Academia de San Fernando. Instalado en la Residencia de Estudiantes, Salvador Dalí pronto llamó la atención de quienes coincidieron con él en las clases de pintura. Hubo una compañera que incluso se sintió atraída por el muchacho de Figueres tratando, sin suerte, de tontear con él. De todo aquello quedaron algunas anécdotas, fotografías y dibujos, como los que se reproducen en esta página y que dedicó Maruja Mallo a su querido Dalí, aunque el interés de este se centraba en un compañero de la Residencia llamado Federico García Lorca.

Precisamente es al poeta granadino a quien se atribuyen estos dibujos desde que se publicaron por primera vez, en 1950, en el primer libro que se dedicó a su epistolario. Se titulaba «Cartas a sus amigos» y lo editaba Cobalto, el sello dirigido por el crítico de arte Rafael Santos Torroella. Allí aparecieron esos originales, en aquel momento propiedad de Anna Maria Dalí y, posteriormente, adquiridos por el mismo Santos Torroella. Hoy son propiedad del Ayuntamiento de Girona que los compró, junto con el resto de la colección del crítico de arte, por 3,9 millones de euros, siendo alcalde Carles Puigdemont.

En la actualidad, los dibujos, como el resto de la colección Santos Torroella, permanece fuera del alcance del público al estar encerrada en un almacén en el Museu d’Història de Girona. En el inventario de las obras, que ha podido consultar este diario, aparece uno de estos dibujos catalogado como original de García Lorca cuando en realidad fue realizado por Maruja Mallo.

No tiene el trazo nada que ver con el del poeta y sí con la pintora surrealista, hasta el punto que en una de las piezas, la más pequeña y que es una carta a Dalí, podemos ver la firma de Maruja Mallo.

Hace unos meses, el autor de este reportaje envió imagen de estas obras al galerista Guillermo de Osma, uno de los responsables del catálogo razonado de la autora surrealista y no dudó al señalar a ella como su autora. La misma opinión tiene José Luis Ferris, también consultado para este trabajo, reconocido biógrafo de Maruja Mallo.

¿Fue Santos Torroella engañado por Anna Maria Dalí? Ricard Mas, quien fuera secretario personal del crítico de arte, vio uno de estos originales en el domicilio barcelonés de Santos Torroella en varias ocasiones, como recordó para este diario. Un día este le dijo enigmáticamente: «Este dibujo podría ser de Federico, pero seguramente no lo es».

Mensajes de admiración de una pintora

Los dos dibujos aquí reproducidos contienen algunos elementos interesantes para saber más sobre Dalí y Mallo. La pintora escribe en uno de ellos que «estoy leyendo a Homero, Esquilo, Esiodo [sic]», además de «Daliliada» por «Ilíada». En el otro apunte, aparece el tema de la fiesta y la verbena , como podemos comprobar en algunos de sus cuadros de este tiempo. Pero en este dibujo, Maruja va más lejos porque llega incluso a retratar al mismísimo Salvador Dalí en un marco en el que se puede leer charlestón, baile al que el propio ampurdanés era muy aficionado y gustaba practicar en esa época con sus amigos.