Criminología

Los crímenes más salvajes de Barcelona (III): el “Marqués de Alcántara” estrangulador

Manuel Sebastián mató a una chica en un hotel alquilando una habitación con una personalidad falsa

Ilustración del Hotel Manila
Ilustración del Hotel ManilaGoogle

Ocurrió en noviembre de 1971. En el ahora llamado hotel Le Meridien, cercano a Las Ramblas de Barcelona. Fue encontrada estrangulada una chica. El asesino era el profesor de dibujo Manuel Sebastián, que había alquilado la habitación en el lujoso hotel con el nombre de marqués de Alcántara. Era un nombre falso, ya que no tenía ningún vínculo con la aristocracia.

Lo más curioso es que iba a misa, para más tarde dormir en lujosos hoteles con identidades falsas. En esta ocasión, le toco al marqués de Alcántara. Hubiera podido ser cualquer otro, siempre distinguido.

El nombre escogido fue al azar. No existe ningún marqués de Alcántara como tal, pero si un palacio con su nombre. Está situado en Smoria, y fue construido en el siglo XVII para los condes de Fuerteventura y arqueses de Velamazán, quienes posteriormente recibieron el título de marqueses de Alcántara. El establecimiento se llama ahora Le Meridien, y es de los más históricos de la ciudad.

El cuerpo sin vida de Dolores Llorens fue hallado por una empleada, y el olor era insoportable. Era una enferma mental que había desaparecido, se había escapado de su casa ante la voluntad de sus padres de internarla en un hospital o consagrarla a Dios en un convento. Había muerto estrangulada por el falso Marqués de Alcántara. Al homicida le gustaba salir, pasear, contratar prostitutas y pintarlas. ADolores se la encontró saliendo de misa, y la vio en tan malas condiciones que se la llevó consigo al Hotel Manila, del que era cliente asiduo. Intentó tener relaciones sexuales, pero digamos que le fue difícil, lo que provocó las bromas de la joven. Fue el móvil del estrangulamiento mortal. Huyó y se creó una nueva identidad falsa, haciéndose pasar por un ciudadano portugués, pero de nada le sirvió. La policía tenía su fotografía y tuvo que confesar el crimen. Fue condenado a once años de prisión por homicidio con el atenuante de trastorno mental transitorio.