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Ruta por las tres leproserías abandonadas de Barcelona

El último de los hospitales consagrados a San Lázaro de la capital catalana cerró sus puertas en 1975

La iglesia de Sant Llàtzer en la plaza del Padró del Raval (Barcelona)
La iglesia de Sant Llàtzer en la plaza del Padró del Raval (Barcelona)La Razón

La relación entre San Lázaro, la Orden de San Lázaro y la enfermedad de la lepra es anterior incluso a la primera cruzada (1099). En la literatura cristiana, existen dos Lázaros que con el tiempo se convirtieron en uno solo. Uno de ellos es el personaje de la parábola del rico y Lázaro del evangelio de Lucas. Este personaje bíblico se unió en la mente popular a otro más prominente: Lázaro de Betania, hermano de Marta y María, y sujeto de uno de los grandes milagros de Jesús. Su nombre se perpetuó en siglos posteriores gracias a palabras como lazareto (hospital para enfermedades contagiosas), lazarón (un mendigo en la calle). Y, sobre todo, a la fundación de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, que se encargaba del cuidado de pobres y enfermos, incluido los leprosos.

En Barcelona todavía se conservan dos, o incluso tres, edificios consagrados a San Lázaro. Por un lado está la capilla románica de la plaza del Padró, en el Raval. Y por otro, la masía de Can Masdéu en la falda de Collserola junto a un hospital abandonado,

La enfermedad de la lepra estaba tan presente en Barcelona como en el resto de Europa. Los hospitales para enfermedades contagiosas, por lo tanto, estaban a la orden del día. En el siglo XII, el obispo de Barcelona, Guillermo de Torroja, hizo construir en la actual plaza del Pedró, en las afueras de la ciudad, Raval, un hospital a este fin. Durante el siglo XV incluso hubo dos proyectos para trasladar a los leprosos. En 1434, en un edificio a construir en el Portal Nou, y en 1474 en el Hospital de Sant Maties, muy cerca de donde se encontraban, pero estos proyectos finalmente no se llevaron a cabo y los enfermos de lepra continuaron acogidos en el viejo edificio de la calle del Carme, junto a la iglesia de Sant Llàtzer, hasta el año 1906 en que fueron trasladados a una masía situada a las afueras de la villa de Sant Joan d’Horta, llamada Can Masdéu.

En uno de sus laterales todavía se conserva la ventana tapiada a través de la cual los leprosos podían seguir misa sin mezclarse con la población. Al fin y al cabo, está iglesia formaba parte de un conjunto de edificios religiosos entre los que también había un hospital para enfermedades contagiosas. A comienzos del siglo XX, por lo tanto, los enfermos fueron trasladados a los pies de Collserola.

Can Masdéu fue adjudicada por subasta a la hermandad de la Santa Creu, gestores de la leprosería desde el siglo XV, el 25 de octubre de 1901. Esta finca estaba compuesta de una masía con una porción de terreno de regadío y otra importante extensión de tierras para cultivo, en su mayoría de viñedo, que se regaban con el agua que les proporcionaban dos minas que existían en la propiedad, en total ocupaba una superficie aproximada de treinta y nueve hectáreas. La casa era de planta baja y dos pisos con buhardilla, y tenía un corral. En 1903, la Muy Ilustre Administración aprueba un presupuesto de cuatro mil veinticuatro pesetas para habilitar la masía como Hospital de Leprosos. Concluidas las obras, el 6 de diciembre de 1904, fueron trasladados los enfermos del Hospital de Sant Llàtzer a su nueva sede.

Traslado a Collserola

En realidad, se trata de dos edificios. Un primer hospital que, ubicado en la masía de Can Masdéu funcionó hasta 1961. Por entonces, a comienzos de siglo, en la casa vivían 25 enfermos, el máximo previsto de capacidad. Había más hombres que mujeres. Tenían un pequeño terreno con un huerto que ellos mismos cultivaban. También participaban en actividades preparadas por hermandad de la Santa Creu, que gestionaba el centro, como las romerías.

En 1931, la hermandad decidió ampliar las instalaciones, y edificar un nuevo hospital, ante la proliferación de otras enfermedades como la tuberculosis. Las obras se iniciaron en 1931 y se pagaban gracias a las aportaciones de la caridad de los barceloneses. Pero el estallido de la Guerra Civil, en 1936, detuvo su construcción. Lo cierto es que el nuevo edificio, con 200 camas, no pudo ser inaugurado hasta 20 años más tarde.

El nuevo hospital de Sant Llàtzer abandonado en Collserola (Barcelona)
El nuevo hospital de Sant Llàtzer abandonado en Collserola (Barcelona)La Razón

El destino definitivo del Hospital de Sant Llàtzer fue acoger a niños tuberculosos. Los enfermos de lepra que se quedaron en la antigua masía y recibían visitas periódicas de los médicos de la Santa Creu. El nuevo sanatorio de tuberculosis para los niños fue posible gracias a un convenio de la hermandad con la Asociación San Salvador de los Párvulos y el doctor Andreu. Funcionó hasta 1975. En 1960, la Junta Provincial de Sanidad decidió cerrar el antiguo Can Masdéu por insalubre. Los enfermos de lepra de Can Masdéu fueron trasladados a Fontanillas, Alicante, acompañados de todas sus pertenencias.

Hoy, Sant Llàtzer aún conserva sus pasillos y habitaciones, algunas para ocho pacientes, otras individuales. Desde entonces, un solitario vigilante transita por sus instalaciones para evitar que sea ocupado a la espera de alguien decida restaurar y recuperar las instalaciones.