Salud

Simultanear de inicio los antirretrovirales y la inmunoterapia mejora el control del VIH

Gracias a un estudio internacional en el que han participado investigadores de IrsiCaixa, se abren nuevas vías para lograr la curación funcional de la infección

Una investigadora trabajando en el laboratorio de IrsiCaixa
Una investigadora trabajando en el laboratorio de IrsiCaixaIrsiCaixa

En la actualidad, las personas infectadas por el VIH pueden convivir con el virus gracias a los tratamientos antirretrovirales, que lo mantienen bajo control y eso ha permitido cronificar la enfermedad. Sin embargo, aún no se ha hallado una curación, de manera que dicho tratamiento debe mantenerse de por vida, puesto que de otro modo, el virus del reservorio, que permanece escondido y en estado latente, volvería a manifestarse de forma descontrolada.

Es por ello que muchos de los esfuerzos de los investigadores en este campo se dirigen a encontrar una estrategia terapéutica que permita controlar el virus sin necesidad de tratamiento. “La infección por VIH sigue siendo una infección que podemos tratar pero no curar. La persona infectada ha de tomar medicación para el resto de su vida y eso no deja de ser un hándicap, ya que esa persona, muchas veces muy joven, va a ser dependiente de la medicación, además tiene una parte de estigma y el tratamiento antirretroviral tiene unos costes elevadísimos. Por ello uno de los objetivos en la lucha contra el VIH es aprender a cómo curar a estas personas”, señala Javier Martínez-Picado, investigador ICREA de IrsiCaixa.

En este sentido, hace una década aproximadamente se puso en marcha un programa internacional, liderado por la Sociedad Internacional del Sida, que busca alcanzar esa curación. Durante este tiempo, algunas estrategias terapéuticas han permitido llegar a casos de curación, como sería, por ejemplo, el trasplante con células madre en pacientes con VIH, que ha dado tres nuevos casos de curación completa, sin embargo éstas son técnicas que solo se aplican a personas con leucemia, que también tienen VIH, y que por lo tanto no pueden hacerse extensibles al resto de la población.

En cualquier caso, esto demuestra que curar es posible y que solo es necesario encontrar el mecanismo para hacerlo. Y una vía para conseguir dicho objetivo pasa por entender cómo se puede estimular el sistema inmunitario para que luche eficazmente contra el virus, sobre todo contra aquel virus que queda en reservorio latente y que, si se para el tratamiento, reinicia la infección desde cero, lo cual es un reto porque el VIH destruye especialmente las células del sistema inmunitario.

En este contexto, se acaban de publicar los resultados de un estudio, liderado por el Hospital Universitario Aarhus de Dinamarca y en el que ha participado el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa -centro impulsado por la Fundación ‘la Caixa’ y el Departamento de Salud de la Generalitat-, que muestra posibles vías para alcanzar una curación funcional.

Al respecto, Javier Martínez-Picado, co-autor del artículo, explica que “lo que hemos hecho es combinar al mismo tiempo el inicio de la terapia con antirretroviral con el inicio de una terapia con un anticuerpo diseñado para bloquear el VIH, llamado 3BNC117, y conseguir así, no solo que se reduzca la cantidad de virus en sangre, sino que además sea posible mejorar el sistema inmunológico que va a luchar posteriormente contra cualquier posible rescoldo del virus que pueda quedar en el organismo y que intente reactivarse”. Es decir que la idea es preparar al sistema inmunitario contra cualquier virus que pueda reactivarse en el futuro una vez que la terapia antirretroviral haya tenido ya su efecto.

Combinación de inicio

En trabajos anteriores ya se había investigado acerca de la combinación del tratamiento antirretroviral y la inmunoterapia, sin embargo ésta es la primera investigación en la que se combinan ambas terapias de inicio. “La combinación inicial tiene un truco”, señala Martínez-Picado, quien al respecto explica que “el virus es resistente a la mayor parte de anticuerpos contra el mismo que corren por nuestra sangre y lo que intentamos es generar nuevas respuestas inmunitarias contra una cosa que se llama inmunocomplejo, que es el virus unido al anticuerpo, lo que forma una estructura que el sistema inmunitario reconoce como nueva y, por lo tanto, estamos generando nuevas reacciones contra ese inmunocomplejo, de forma que lo que buscamos es que, ante algo nuevo, el sistema inmunitario genere una nueva respuesta, que es más eficaz y que, al destruir el inmunocomplejo, arrastre también al virus”.

Así pues, si el anticuerpo se introduce tiempo después de haber administrado el tratamiento antirretroviral, como la terapia ya ha barrido el virus de la circulación sanguínea, ya no se forman ese inmunocomplejo, esa estructura virus-anticuerpo, mientras que si de introduce al inicio de la terapia, hasta que ésta va haciendo efecto, todavía quedan virus que permiten que se generen esos inmunocomplejos que van a dar lugar a nuevas respuestas inmunitarias contra el virus.

Mejores resultados

En cualquier caso, este trabajo ha puesto de manifiesto que con este estrategia es posible mejorar los resultados. Y es que, por un lado, se ha visto que, durante un año de tratamiento con la combinación de inicio de la terapia antirretroviral y la terapia con anticuerpos, se consigue reducir el número de células con virus, especialmente aquellas que tienen un virus que es capaz de multiplicarse, y además se incrementa la calidad de la respuesta inmunitaria.

Por otro lado, en una segunda parte del artículo, se detuvo el tratamiento antirretroviral durante 12 semanas, ante lo que se espera que el virus reaparezca, y sin embargo, se observó que las personas que estaban infectadas con virus sensibles al anticuerpo que se usó consiguieron mantener más tiempo el virus indetectable, lo cual, en palabras de Martínez-Picado, es una prueba de fuego en lo relativo a la medida de la eficacia de un tratamiento contra los reservorios virales”. “Eso es la primera vez que lo vemos con tanta claridad en una inmunoterapia”

Nuevas expectativas

Así pues, esta investigación abre nuevas vías para alcanzar la curación funcional del VIH. “Se trata de una prueba de concepto que se ha de ir refinando”, comenta el investigador. Y, en este sentido, cabe señalar que hay múltiples anticuerpos similares al utilizado en este trabajo, el cual es solo un modelo, de manera que, en futuras investigaciones se podrían usar éstos por sí solos o bien en combinación. Además, como apunta Martínez -Picado, “en un nuevo ensayo tendríamos que preseleccionar diferentes anticuerpos y administrarlos de forma personalizada en base a la eficacia de la respuesta a esos anticuerpos en cada persona”.

En cualquier caso, “éste es un campo que tiene un futuro muy amplio”. “Incluso este tipo de anticuerpos se podría llegar a inyectar en vectores de terapia genética para que el cuerpo los produzca de forma continuada e indefinida. Así, cuando el virus del reservorio intentara despertar después de retirar el tratamiento antirretroviral, tendríamos la respuesta inmunitaria contra esos inmunocomplejos ya preparada para hacer frente al virus y no dejarlo despegar”, avanza el investigador, quien añade que, de hecho, “se han diseñado estudios de terapia génica con estos anticuerpos en primates no humanos. Esto se ha realizado y con éxito y ahora está explorándose si puede realizarse en humanos y cómo”