Mala praxis policial
Piden cárcel para agentes de los mossos que traficaban con la marihuana intervenida
Crearon un entramado criminal para desviar la droga decomisada, volver a ponerla en circulación con la ayuda de otros dos acusados que no son policías y repartirse los beneficios
El fiscal pide penas de hasta 12 años y 9 meses de cárcel en el cabo y los dos agentes de los Mossos d’Esquadra de Santa Coloma de Farners acusados de traficar con marihuana intervenida en operativos policiales. Los acusa de delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública, continuado de hurto y falsedad en documento oficial.
A uno de ellos también le achaca un delito de descubrimiento y revelación de secretos. El escrito de acusación recoge que los tres mossos, liderados por el cabo, crearon un entramado criminal para desviar la droga decomisada, volver a ponerla en circulación con la ayuda de otros dos acusados que no son policías y repartirse los beneficios. El juzgado de instrucción ha dictado el auto de apertura de juicio oral.
El fiscal Enrique Barata pide la pena más alta para el cabo, que se enfrenta a 12 años y 9 meses de cárcel y multa de 84.500 euros. Para ambos agentes solicita 12 años y medio de cárcel. Para uno cifra la multa en 83.600 euros y para el otro en 80.000. Para los otros dos acusados, que no son policías, solicita 5 años y 3 meses de cárcel y multa de 80.000 euros y 5 años de cárcel y multa. Para los policías pide también que los inhabiliten para trabajar como mossos durante el tiempo de la condena.
El escrito de acusación apunta a que, a lo largo del 2020, el cabo y los dos agentes “se aprovechó y abusaron de su condición de policías” y, junto al otro acusado que no es mosso, orquestaron uno grupo criminal que se dedicaba a sustraer marihuana decomisada en operaciones policiales para, después, “desviarla subrepticiamente” por “al tráfico en el mercado ilícito”.
Según el fiscal, el cabo de la unidad de investigación de Santa Coloma capitaneaba la presunta red: “Como cabo y ningún operativo del grupo de investigación de la sección de salud pública, tenía más experiencia, autoridad y ascendencia jerárquica hacia la resto de agentes”. La fiscalía sostiene que era quien se encargaba de “activar al grupo”, decidir cómo y cuándo se llevarían la marihuana y, también, qué cantidad de la droga que había en depósito debían desviar.
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