Cataluña
El acuerdo PSC-comuns da el portazo definitivo al Hard Rock y sitúa la vivienda pública como "la prioridad de la legislatura"
La formación de Jéssica Albiach ha presentado el texto esta mañana
Turno para los comunes. Si el pasado lunes fue ERC quien anunciaba el acuerdo con los socialistas para la investidura de Salvador Illa, hoy ha sido la formación de Jéssica Albiach quien ha presentado un pacto con el PSC -ya firme, sin la necesidad del refrendo de las bases como en el caso de los republicanos- que sin especificarlo da pie a que los morados entren en el Govern del exministro de Sanidad. En el texto publicado y presentado esta mañana por Albiach, socialistas y comunes se comprometen a un ambicioso paquete de medidas que tienen como principal objetivo que el próximo ejecutivo de la Generalitat tenga como prioridad la vivienda y consolidar una "Cataluña de progreso y sostenible", incidiendo en políticas que garanticen la "justicia social y ambiental, luchar contra la desigualdad, el racismo, el capacitismo, el edadismo y el cambio climático y garantizar la igualdad de género y los derechos LGTBI".
En materia de vivienda, el eje principal del acuerdo, los firmantes se comprometen a construir 50.000 pisos públicos nuevos antes de 2030, aprobar una ley de alquiler urbano este mismo 2024, acordar un impuesto contra la especulación -siguiendo el modelo de Viena- y la rehabilitación de 150.000 viviendas en siete años para el parque de vivienda protegida. En relación a las infraestructuras, PSC y comunes pactan impulsar los trenes de Rodalies en las comarcas de Lleida y el tren-tram Camp de Tarragona, una zona que se quedará finalmente sin el Hard Rock que pretendían apoyar los socialistas y que los comunes han conseguido finalmente paralizar. Al menos, en esta legislatura. Tampoco se alargará el cuarto cinturón metropolitano hasta Granollers, una reclamación de la que también ha sido defensor Illa durante los últimos años como jefe de la oposición en el Parlament.
El acuerdo, asimismo, asegura que, entre otras tantas políticas, habrá un servicio público psicológico gratuito y sin cita previa; y ambos se comprometen, también, a destinar el 2% del presupuesto de la Generalitat al ámbito de la Cultura, algo que ya contemplaban las cuentas presentadas por el actual Govern de Pere Aragonès que los comunes votaron en contra. En materia de financiación, los comunes apoyan el modelo "singular" que promueve ERC y que tanto el PSC como el Gobierno de España aceptan a cambio de sus votos, quedando todavía muy en el aire como y cuando se materializará y a qué coste. La formación de Albiach se ha mostrado "satisfecha" con un acuerdo que consideran "ambicioso" y que también menciona en varias ocasiones la "lucha contra la extrema derecha".
La materialización del mismo, no obstante, está sujeta a la voluntad de la militancia de ERC, sin cuyos votos no es posible la investidura de Illa. Los republicanos celebran el próximo viernes una consulta interna y vinculante para decidir si apoyan o no el preacuerdo, y será a partir del sábado cuando se conocerá si el candidato socialista puede presentarse a una investidura que se celebraría la próxima semana o, como muy tarde, la siguiente. De no apoyar el acuerdo las bases de ERC, algo que el independentismo y especialmente Junts promoverá hasta el último instante, el pacto entre PSC y comunes quedará de forma automática en papel mojado y muy probablemente se dará la legislatura por concluida dada la incapacidad de cualquier otro candidato para reunir a la mayoría del Parlament. Con este escenario los catalanes volverían a votar el próximo 13 de octubre, aunque, a tenor de lo que apuntan las encuestas, los resultados podrían ser muy parecidos a los del pasado 12M.
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