Nutrición y salud

Altos niveles de omega-3 en sangre se asocian a un menor riesgo de Alzheimer

Una investigación, coliderada por el Hospital del Mar Research Institute, sugiere que los hombres, a partir de los 50 años, serían los que más podrían beneficiarse de una suplementación con omega-3 para reducir el riesgo de demencias

Sala-Vila ha participado en el estudio con un mayor número de participantes realizado en este campo
Sala-Vila forma parte del grupo de investigadores que han liderado el estudio con un mayor número de participantes realizado en este campoHospital del Mar

Existe evidencia acerca de la asociación entre la dieta y las demencias y, en este sentido, uno de los compuestos que parece más interesante son los Omega-3, que ya se sabe que van muy bien para el corazón y, puesto que el corazón y el Alzheimer comparten factores de riesgo, se ha explorado esta línea de investigación.

Sin embargo, a día de hoy no se han hecho estudios de suplementación que puedan confirmar la hipótesis que con una pastilla de Omega-3, por ejemplo, es posible frenar el Alzheimer y es que para ello, al tratarse de una enfermedad muy lenta, serían necesarios muchos años de seguimiento y un presupuesto muy elevado. Por ello a la espera de que pueda llevarse a cabo un ensayo de estas características, lo que sí se está haciendo es tratar de definir qué población es la que obtendría mejores beneficios de dicho estudio en función de características como la edad, el sexo, la raza... y eso es precisamente lo que se ha hecho a través de un estudio, en el que han participado investigadores del Hospital del Mar Research Institute, del Fatty Acid Research Institute de Estados Unidos y del CIBER de Fisiopatología de Obesidad y Nutrición.

Y la principal conclusión de este trabajo, que es el que cuenta con el mayor número de participantes de todos los realizados hasta el momento en este campo, es que los niveles de omega-3 en sangre se asocian con un menor riesgo de demencia y Alzheimer.

"Parece ser que los Omega-3 son prometedores pero, por ahora, nadie en todo el mundo ha hecho un ensayo" acerca de la asociación directa entre la ingesta de omega-3 y el Alzheimer, para lo que habría que contar con un grupo de pacientes que tomara omega-3 y otro que no, a los que habría que seguir durante muchos años para, finalmente, comparar la incidencia de la demencia y el Alzheimer en ambos grupos", comenta el doctor Aleix Sala-Vila, investigador del Grupo de investigación en Riesgo Cardiovascular y Nutrición del Hospital del Mar Research Institute.

"Nosotros los que hemos hecho ha sido coger los datos de UK Biobank, que es un gran estudio que cuenta con muestras de sangre de 260 mil de personas del Reino Unido a las que les hicieron un seguimiento durante muchos años pero a quienes no se les hizo una suplementación con omega-3, y hemos visto que aquellas que en el momento de entrar en el estudio tenían unos niveles más altos de omega-3 en sangre, a lo largo del tiempo, han tenido menor incidencia de demencia y de la forma más común de la misma, que es la enfermedad de Alzheimer", comenta.

Hombre de unos 50 años

Al respecto, Sala-Vila aclara que con estos resultados "no podemos inferir que hay una relación de causalidad entre omega-3 y demencia, porque probablemente esta gente que hemos visto que tiene mayores niveles de omega-3 en sangre también sigue una dieta más sana, fuma menos, descansa mejor, hace deporte... Hay otros factores que quizá van asociados a tener niveles altos de omega-3". De manera que esta investigación lo que ha permitido es definir el tipo de población que más puede aprovechar una suplementación basada en este compuesto para, de esta manera, poder aportar información sobre el tipo de participante ideal en un posible primer estudio que, en el futuro, trate de establecer la relación directa entre el consumo de omega-3 y las demencias.

Para ello, los investigadores han trabajado con grupos en función del género y de la edad y, en este punto, la novedad es que al contar con una cohorte tan grande, han podido estudiar a personas menores de 60 años, algo que hasta ahora no se había hecho. Y lo que han visto es que "los omega-3 se asocian con un menor riesgo de desarrollar demencias, y entre ellas el Alzheimer, mires donde mires, pero hay grupos en los que parece que la reducción de ese riesgo es más alta y estos serían los más interesantes".

Al respecto, Sala-Vila señala que "en hombres la reducción del riesgo de desarrollar estas enfermedades es más alta, lo que parece que da pistas acerca de que si se probara una intervención con suplementación en omega-3 en hombres, éstos podrían tener más beneficio que si se probara en mujeres, lo que es una lástima porque las mujeres están en más alto riesgo de tener enfermedad del Alzheimer, pero responden peor a una intervención de este tipo". "Así mismo, hemos podido observar que entre la población de 50 años también hay una reducción mayor de ese riesgo, por lo tanto no es necesario esperar a edades más avanzadas, sino que se puede empezar la suplementación incluso a los 50 años".

Tanto pescado como nueces

En el marco de este trabajo, también se ha analizado qué tipo de omega-3 podría ser más eficaz a la otra de reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades y, en este sentido, tras comparar "el omega-3 que tenemos en el cerebro, que viene ya formado en el pescado, y otros omega-3, algunos de ellos que ni tan siquiera vienen a través del pescado, sino que vienen por las nueces, hemos visto que cualquier tipo de omega-3 puede disminuir ese riesgo". Por lo tanto, "cuando vayamos a definir en un futuro un estudio de este tipo podemos decir que se puede trabajar en hombres, en gente de 50 años y no necesariamente tenemos que suplementar con el mismo omega-3 que encontramos en el cerebro", concluye Sala-Vila.

Por último, esta investigación, que se ha centrado en el riesgo de desarrollar demencia en global y Alzheimer, que representa el 60% o 70% de las demencias, ha puesto de manifiesto que la asociación entre omega-3 y reducción del riesgo de enfermedad es más fuerte en la demencia. "Creemos que puede ser mediado por la demencia vascular, que empieza por una motivo cardiovascular. Sabemos que los omega-3 protegen la salud cardiovascular, de manera que quien consume más omega-3 es posible que tenga menos riesgo de sufrir demencia cardiovascular y, por lo tanto, los omega-3 se asocian mejor a menos riesgo de demencia cuando se considera como un conjunto", explica el investigador, quien sin embargo insiste en que "en Alzheimer también hay una reducción del riesgo clínicamente relevante, pero es mayor para otros tipos de demencia, probablemente por una todavía mayor reducción de esta demencia que llamamos cardiovascular".