Opinión

Apuntes de verano

De palabras, topónimos y algunos pensamientos volanderos

Apuntes de verano
Apuntes de veranoLa RazónInnovadores

1. Que dieran un cupo de palabras a cada hablante y al no poder bajo ninguna circunstancia sobrepasarlo las fueran estos ahorrando, como el dinero, para el día de mañana, de ahí la necesidad de ser parcos al hablar, y de recurrir a los gestos o a los nombres y verbos más escuetos e imprescindibles... Y que hubiera por eso mismo alguna tienda o mercado clandestinos de compraventa de palabras.

2. Y hablando de palabras, ¿por qué nos habremos decidido por la palabra ‘bragueta’, teniendo en el diccionario otra mucho más guapa y que significa lo mismo: portañuela? Así, si alguien se descuidara, podríamos avisarle: “Lleva abierta la portañuela”. Y a buen seguro que no le ofenderíamos, ni siquiera se sentiría molesto.

3. Pasaron a la historia el retrete, el urinario, el evacuatorio, la letrina, el mingitorio, el excusado, el inodoro y hasta el water –váter en el diccionario de la RAE–, sustituidos por el aseo, el servicio, el lavabo, el baño o el cuarto de baño. Y en consonancia, el ser humano hace sus necesidades en general o va al servicio, donde defeca u orina o hace pis y pipí, pero no recurre nunca a esos otros verbos más espontáneos de cuyo nombre ya nadie quiere acordarse.

4. Estos nombres de pueblos, todos de la provincia de León: Calzadilla de los Hermanillos, Rodrigatos de la Obispalía, Moscas del Páramo, Villalibre de la Jurisdicción. Y mi preferido: Los Espejos de la Reina.

5. Huyendo de la propia vida... Quiere despojarse de ella, borrar el pasado y que no quede ni rastro de su persona. Que nadie le reconozca, ni él mismo cuando se mire en el espejo.

Así hasta no acordarse ni de su nombre.

6. Leonardo da Vinci –lo recuerda y anota Álvaro Cunqueiro– quería, mediante sus máquinas voladoras, traer nieve desde los Alpes, en los días calurosos del verano, y dejarla caer sobre las ciudades, para refrescarlas.

7. Los periódicos hay que empezarlos por el final, y pasar las hojas al revés, de atrás hacia adelante: es la única manera de leer primero las noticias importantes.

8. Llegar a una casa donde no te espera nadie y marchar sin que nadie te despida.

9. La vejez, aconseja Cicerón, es el tiempo de retirarse y vivir con uno mismo.

10. Frente al disparate, la mentira y el vocerío humanos, la dignidad de la naturaleza –el árbol, la piedra, la lluvia– y la calma de las cosas –el vaso, la silla, el libro–, siempre prestas, una y otras, a servirnos bien.

11. Firmar al fin las paces con uno mismo.