Salud y prevención

Un estudio confirma la importancia de la vacunación en adultos para prevenir meningitis y neumonías

Este trabajo pone de manifiesto que, ante la enfermedad neumocócica invasiva, la protección indirecta que ofrece la vacunación infantil no es suficiente, especialmente en los grupos de riesgo

En el 36% de los pacientes con neumonía asociada a la necesidad de ventilación mecánica la causa era la infección por Pseudomonas aeruginosa resistente al tratamiento
Entre las casos más graves de enfermedades neumocócicas agudas la mortalidad asciende al 20%L.R.

El neumococo es una bacteria que forma parte de la flora bacteriana natural nasofaríngea, pero también es causante de diversos cuadros clínicos e infecciones que, en sus formas más graves, se enmarcan en las conocidas como enfermedades neumocócicas invasivas (ENI), entre las que destacan la meningitis o la neumonía, que pueden ser mortales.

Hay enfermedad grave en unos 25 o 30 casos por cada 100.000 habitantes, pero la mortalidad es de más del 20% y a ello hay que sumar las posibles secuelas a largo plazo, como por ejemplo la sordera en la meningitis o las enfermedades cardíacas en la neumonía.

De hecho, el neumococo es la primera causa de mortalidad en enfermedades respiratorias en todo el mundo, por lo que es esencial desarrollar investigación al respecto para conocer más acerca de esta bacteria y las ENI.

En este contexto, durante una docena de años, un equipo liderado por el Hospital de Bellvitge, el Instituto de Investigación Bioquímica de Bellvitge (IDIBELL) y el área de enfermedades respiratorias del CIBER realizó un estudio de vigilancia para ver de qué manera la vacunación frente al neumococo impacta en la enfermedad del adulto y para monitorizar la incidencia de las enfermedades neumocócicas invasivas.

La protección indirecta no es suficiente

Tras el seguimiento de más de 650 casos de ENI recogidos entre diversos hospitales de toda la geografía española que han participado en este trabajo, financiado por el Instituto de salud Carlos III, y el análisis de hasta 400 bacterias aisladas, se ha podido poner de manifiesto la importancia de la vacunación no solo entre la población infantil, sino también en adultos.

El neumococo tiene descritos más de 100 serotipos, que son como las diferentes envolturas de un caramelo, algunos de los cuales son muy prevalentes y agresivos y para éstos se han desarrollado vacunas destinadas inicialmente a la población infantil, lo que, de forma indirecta. ha reducido la enfermedad y la mortalidad en adultos.

Sin embargo, en la población más vulnerable, como son los mayores de 65 años, las personas inmunodeprimidas y aquellas con comorbilidades, no se ha visto tanto beneficio con la vacunación infantil, ya que se trata de personas más sensibles a la infección y además los serotipos que no están incluidos en la vacuna y que no causan infección entre las personas jóvenes, en estos casos sí pueden hacerlo.

Al respecto, Carmen Ardanuy, investigadora principal del grupo de investigación en epidemiología de las infecciones bacterianas del IDIBELL y Hospital de Bellvitge y coordinadora del estudio, aclara que “si bien en estos grupos se mantiene el efecto positivo de la vacuna infantil y los serotipos que ésta incluye casi han desaparecido, están presentes otras variantes del neumococo, lo que hace recomendable la vacunación de la población adulta, especialmente de aquellos que forman parte de uno de los grupos de riesgo”.

Y es que, como indica Ardanuy, “con la vacunación infantil ha disminuido la enfermedad en adultos, pero no se ha eliminado, mientras que en los niños se ha prácticamente erradicado, lo que nos permite concluir que la población verdaderamente protegida es la vacunada”.

Por ello, “llevamos dos años, desde 2023, intentando vacunar a los adultos, pero así como con los niños, que tienen visitas de salud periódicas, es relativamente fácil conseguir una vacunación masiva, en los adultos, como no van al médico, la vacunación es un reto”, añade la investigadora, para concluir que sin embargo, con esa inmunización, “esta población de riesgo no solo tendría una protección indirecta con la vacunación infantil, sino también directa con la de adultos”.

En definitiva, como advierte Ardanuy, “no podemos dejarlo todo a la vacunación indirecta de los niños, que protege, pero no del todo”.

Constante adaptación y evolución

Además, como ha puesto de manifiesto este estudio, si bien las vacunas cubren ahora un mayor número de serotipos que hace unos años, cuando solo eran eficaces frente a 13 variantes diferentes por las entre 15 y 20 de la actual vacuna infantil y la veintena de la de adultos, “el neumococo tiene mucha capacidad de adaptación y los hay que pueden cambiar de envoltorio, lo que hace que la vacuna deje de ser eficaz contra ellos”, constata la investigadora.

Además, en el marco de este trabajo, se ha estudiado la resistencia antibiótica y la caracterización genética de las cepas responsables de la enfermedad mediante secuenciación completa del genoma para comprobar que “existen cambios en el envoltorio de neumococo y también se han importado linajes que estaban en otras zonas como Reino Unido e Israel”, lo que pone de relieve la “importancia de las tareas de vigilancia para conocer cómo evoluciona la bacteria y sus cepas y recoger toda la información necesaria para poder tomar decisiones acerca de la forma de abordar la situación”, indica la doctora.