Autor imprescindible
Josep Pla, de crítico literario a investigar el asesinato de Kennedy
La consulta del portal con los textos periodísticos del autor permite conocer sus impresiones en numerosos artículos
En los últimos años son muchas las novedades que han podido encontrar sobre Josep Pla sus siempre numerosos lectores. Gracias especialmente a la labor llevada a cabo por la cátedra de la Universitat de Girona que lleva el nombre del autor de «El quadern gris» han visto la luz varios interesantes epistolarios, como los mantenidos con Jaume Vicens Vives, Joan Estelrich o, más recientemente, Francesc de B. Moll, aparte de varios dietarios desconocidos, como el titulado «Fer-se totes les il·lusions possibles i altres notes disperses».
Recientemente la cátedra ha puesto en marcha una importantísima iniciativa gracias a la publicación en internet de una plataforma digital interactiva que reúne la práctica totalidad de la producción periodística planiana. Hablamos de más de 6.000 de artículos en más de seis decenas de cabeceras entre 1917 y 1977.
La posibilidad de poder buscar por temas y por nombres nos ayuda a saber mejor las impresiones del gran ampurdanés, además de llegar a la certeza que Pla escribía de todo y para todos, sin ningún tipo de limitaciones ante la hoja en blanco.
Busquemos, por ejemplo, qué le parecía a Pla un nombre como Charlie Chaplin y nos encontraremos con el extenso texto en el que habla sobre la película «Monsieur Verdoux» y que apareció en 1948 en la mítica sección que firmaba en la revista «Destino». De esta manera podemos encontrarnos con un análisis sobre el humor del padre de Charlot, recordando que «para llegar al sarcasmo estridente, le basta a Mr. Chaplin aplicar la lógica elemental a la que todos hemos vivido o sabido. Así, dice: si un Estado ha podido mantener, para sus necesidades, unos magníficos hornos crematorios en sus campos de concentración, ¿por qué no un particular no ha de tener un modesto horno crematorio para eliminar de tarde en tarde a un ciudadano o ciudadana y mantener, con su expoliación a una honrada familia?»
Vayamos ahora con el Josep Pla lector, un lector afilado y atento a lo que se publica y que no puede dejar escapar la oportunidad para dar sus impresiones, como es el caso de la poesía de principios de los años 50. En otro texto en «Destino», en esta ocasión de 1951, Pla reconoce que «siempre los poetas habían escrito para todo el mundo. Ahora, escriben para un número muy reducido de personas. Los literatos más distinguidos del último medio siglo han sentido un verdadero horror por el público. Han escrito sin que el público existiera. Han creído que todo lo sancionado por el éxito popular lleva una inanidad cierta. (...) Lo que les exacerba más, en la poesía tradicional, es la música que tiene, el organillo a través del cual se manifiesta –el organillo de José María de Sagarra, como el organillo de García Lorca, etc.– la cosa primaria, superficial».
A Pla le interesaba lo que sucedía en el mundo. Desde joven demostró esa vocación como corresponsal internacional. Por ello, siguiendo esa lógica, se entiende que dedicara numerosos artículos a la labor que estaba llevando a cabo John F. Kennedy como máximo responsable de la Casa Blanca. El artículo que redactó sobre el asesinato del presidente estadounidense, aparecido en «El Correo Catalán», es de una gran agudeza. Josep Pla apunta a una conspiración cuando se seguía creyendo firmemente en un único asesino: « Mi idea personal es pues, que el asesinato del Presidente Kennedy no ha sido un acto aislado, la obra de un criminal solitario y esporádico. Ha sido un asesinato muy parecido al de César en la antigüedad romana, con dos grandes diferencias: primero, la superioridad moral de Kennedy sobre César y después la superioridad de los asesinos de César sobre los del Presidente americano. El crimen de Dallas es un típico fenómeno político y social».
Todo esto es lo que se puede encontrar a golpe de clic en lo que podría denominarse como una suerte de Wikileaks planiano, pero que nos ayuda a conocer más a fondo todo aquello que preocupa a un autor que sigue siendo imprescindible.
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