Pere Aragonès cierra en soledad su gira latinoamericana

Corría el año 1995 cuando el canciller federal alemán, Helmut Kohl, recibía al por entonces president de la Generalitat, Jordi Pujol, en la sede de la Cancillería, en Bonn. Y lo hacía una semana antes que con el propio presidente del Gobierno, José María Aznar. Pujol también tuvo tiempo de visitar la sede de Volkswagen para asentar la larga relación de la compañía automovilística con Cataluña. Su sucesor en el cargo, Pasqual Maragall, en 2004, se reunía con el príncipe heredero Naruhito en el Palacio Imperial, además de con los ministros de Asuntos Exteriores, de Economía y Comercio, además de responsables de Nissan. Eran otros tiempos y la influencia de Cataluña preprocès era infinitamente mayor a la actual. Solo así se explica que el viaje del actual president de la Generalitat, Pere Aragonès, por América Latina, que hoy termina, se haya saldado con una casi reunión con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la organización de concierto en recuerdo del cantautor Víctor Jara.

El sábado, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ya ponía el dedo en la yaga. «Estábamos acostumbrados a que las instituciones de la Generalitat, cuando hacían viajes internacionales, como mínimo se vieran con jefes de Estado, con expresidentes de Estados Unidos, y ahora nos tenemos que conformar con el presidente de la provincia de Canelones», en Uruguay, dijo Turull en su intervención en una jornada municipalista de Junts en Montblanc (Tarragona). Turull aseguró que cuando uno está «empapado de resignación y de renuncia, al final acabas trasladando esta imagen dentro y fuera».

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, por su parte, plantó al presidente de la Generalitat cuando este ya estaba en el palacio presidencial, alegando un acto de política nacional inaplazable; Beatriz Argimón, vicepresidenta de Uruguay y presidenta de la Asamblea General y del Senado, tampoco pudo recibirle a pesar de estar agendada la reunión. Quien si pudo dedicarle un tiempo a Aragonès fue el ex presidente de Uruguay, Pepe Mújica.

El consuelo que le queda a ERC es, quizás, que si hasta ahora el referente internacional del independentismo era Carles Puigdemont, limitado a Bruselas y pendiente de lo que decida el Tribunal de Justicia Europeo sobre las euroórdenes y su extradición por unos días el foco ha estado en Pere Aragonès

Las intenciones, sin embargo, del líder republicano de tratar de relanzar el «procés» y denunciar, según sus palabras, la «represión del Estado», de capitalizar el relato y acabar sustituyendo a Carles Puigdemont han quedado en entredicho.

"Sólo los últimos 10 años"

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su defensa señaló que el Govern ha «reconstruido la acción exterior de Cataluña», después de las críticas recibida. Ayer, en declaraciones a los medios en Santiago de Chile, tras visitar el Museo de la Memoria de Santiago, apuntó que «si nos tenemos que poner a valorar la acción exterior del Govern de Cataluña y de la presidencia de la Generalitat solo hace falta comparar los últimos 10 años con los dos últimos años», defendió.

Aragonès destacó que, entre otras acciones, su Govern ha reabierto la delegación de la Generalitat en Argentina, que se cerró en 2011 por un acuerdo entre Convergència i Unió y el PP: «Eso que ellos cerraron, nosotros lo hemos reabierto». Así pues, recalcó que han recuperado la presencia de Cataluña en el exterior «después de unos años en los que, a causa de las presiones del Estado español, ha sido muy difícil hacer acción exterior». Pidió, además, que la acción exterior del Govern «no entre a formar parte» de sus campañas electorales.