Memoria 2023

El problema de acceso a la vivienda y el trabajo precario azotan a los más vulnerables

La Memoria 2023 de Cáritas Cataluña pone de manifiesto que cada vez son más las personas que sufren grandes problemas para cubrir sus necesidades básicas, sin embargo, solo un 9,8% de aquellas atenidas por la entidad perciben el IMV o la renta garantizada

Foto facilitada por el Ayuntamiento de Ripoll del emigrante sin techo
El acceso y mantenimiento de la vivienda es uno de los problemas principales de las personas acompañadas por CáritasAyuntamiento de Ripoll

La pérdida del poder adquisitivo de buena parte del sector social es evidente. Las personas con menos recursos no han podido recuperar los niveles previos a la gran recisión y eso se traduce en una mayor desigualdad social. Son cada vez más las personas con problemas para cubrir sus necesidades básicas. mientras que, en paralelo, el problema del acceso a una vivienda digna se ha agravado. En este contexto, además, el tener un empleo a día de hoy no garantiza poder hacer frente a los gastos mínimos para tener una vida digna.

Éstas son las principales conclusiones que se extraen de la Memoria de 2023 de las 10 Cáritas diocesanas con sede en Cataluña, las cuales el año pasado acompañaron a 99.535 hogares, en los que vivían 245.665 personas, para lo que contaron con un presupuesto total de 50,9 millones de euros, de los cuales el 54% provenían de fuentes privadas y el 32%, públicas. De esta cantidad económica, el 81% se destinó a acción social, principalmente para combatir la desigualdad persistente, la transmisión intergeneracional de la pobreza, el problema del acceso a la vivienda y la precariedad laboral.

La vivienda, un gran problema

Y es que, el año pasado, el 50% de las personas atendidas por Cáritas Cataluña no disponía de una vivienda digna y, en concreto, el 21% vivía de realquiler, una modalidad que experimentó un crecimiento de 3 puntos en el último año. Además, para 7 de cada 10 fue prácticamente imposible hacer frente a los gastos de vivienda. En cuanto a la situación laboral de estas personas, en 2023, el 46% estaba en el paro y el 22% tenía trabajo, pero éste era precario y no permitía cubrir las necesidades básicas.

De hecho, el 79% de los hogares atendidos el año pasado se encontraba en situación de pobreza severa - en el 54% de los cuales había niños y adolescentes- y el 61% reconoció no poder garantizar una alimentación adecuada. En esta línea, no es de extrañar, pues que el 44% de las personas acompañadas por Cáritas no tuviera capacidad para pagar los gastos escolares, el 59% no dispusiera de internet, más allá del móvil, o que el 47% tuviera que dejar de comprar medicamentos necesarios y el 87% se hubiera visto obligado a reducir las actividades de ocio.

Una situación irregular, el gran hándicap

Sin embargo, pese a la situación de vulnerabilidad que viven muchas de estas familias, tan solo el 9,8% de las personas atendidas percibieron del Ingreso Mínimo Vital o de la Renta Garantizada de Ciudadanía, algo que, en parte, se explicaría por el hecho de que el 41% se encontraba en situación administrativa irregular, 7 puntos percentuales más que en 2022. Al respecto, indicar que del total de personas acompañadas por Cáritas en 2023, solo el 24% eran españolas, mientras que el 41% procedía de América del Sud o Central y el 23%, de África.

Además. sobre el perfil de estas personas cabe indicar también que el 59% eran mujeres, lo cual confirma la feminización de la pobreza, y el 58%, adultos, por un 18% de niños y adolescentes. un 16% de jóvenes entre los 18 y los 25 años de edad y un 8% eran personas mayores de 65 años. Asimismo, el año pasado, de nuevo, fueron mayoritarias las familias atendidas con niños y adolescentes (54%), entre las cuales las monoparentales representaron el 22%.

Consenso en materia social

Por todo ello, Francesc Roig, presidente de Cáritas Cataluña, califica como "de máxima prioridad el colocar a las personas más vulnerables en el centro de las políticas públicas". A su entender, es imprescindible poner en marcha medidas dirigidas a garantizar "el acceso y mantenimiento de una vivienda digna, el derecho a un trabajo decente y unos ingresos mínimos", así como es clave ofrecer "apoyo a las familias con niños y adolescentes para romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza".

Roig reclama también una "política de consenso en materia social", lo cual es, a su entender, "el gran reto a día de hoy".