Movilidad

El 80 % de los barceloneses suspende la mobilidad de la Barcelona de Colau

Según su estudio del RACC, las políticas municipales dirigidas a reducir el uso del coche privado no se están traduciendo en un mayor número de usuarios del transporte público y, por contra, están generando más congestiones

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Cercanías en Barcelona. Rodalies de Catalunya. Estación de Pl.de Catalunya. Renfe. Adif. Transporte Público.EUROPA PRESS (Foto de ARCHIVO)22/08/2011larazonEUROPA PRESS

En los últimos años, Barcelona ha puesto en marcha una serie de medidas destinadas a fomentar la movilidad activa, el uso del transporte público y la reducción de la circulación en vehículo privado. Y todo ello en un contexto en el que cada vez son más las personas que necesitan desplazarse para ir a trabajar, como pone de manifiesto el dato relativo al número de residentes en Barcelona que trabajan en el mismo distrito en el que viven, que ha caído un 8% desde 2015, y cada vez con distancias mayores, ya que el 48% de los barceloneses trabaja fuera de su distrito y el 22%, fuera de la ciudad.

Además, según los datos de la Encuesta de Movilidad en Día Laboral (EMEF), en la última década se ha observado una tendencia al alza en lo que se refiere a la movilidad activa y un ligero crecimiento del vehículo privado, mientras que en lo que respecta al transporte público, se ha producido una caída del 29% en los desplazamientos. Es más, la cuota modal del transporte público ha pasado del 36% en 2011, al 33 % en 2019 y al 28% en 2021

Todo ello ha generado en la población una sensación de que la congestión en la ciudad de Barcelona ha empeorado. De hecho, según el estudio que acaba de presentar el RACC sobre la percepción de la movilidad de Barcelona, el 80% de los ciudadanos considera que la congestión se ha agravado en los último 4 años y el 65% cree que ésta empeorará en los próximos cuatro. Además, un 72% de los encuestados considera que a día de hoy es más inseguro caminar por la ciudad que hace 4 años.

Estrategia ineficaz

Estos datos sugieren que la actual estrategia del gobierno municipal enfocada a incentivar un cambio modal del vehículo privado a la transporte publico o la modalidad activa no ha tenido los efectos deseados y, por lo tanto, desde el RACC, su presidente Josep Mateu invita a un "replanteamiento de la actual estrategia de movilidad de Barcelona, así como a fijar unos objetivos realistas en lo que se refiere a la reducción de los desplazamientos en vehículo privado y la mejora de la red de transporte público antes de aumentar las restricciones sobre el transporte privado".

Y es que pese a las políticas puestas en marcha por el gobierno municipal para promover la movilidad activa, entre las que cabe destacar un incremento del 65% del espacio dedicado a los peatones, los usuarios de la bicicleta y del patinete y la multiplicación por dos del número de kilómetros de carril bici desde 2006, el paso del vehículo privado a modos más sostenibles de transporte ha sido muy simbólico. Según la EMEF, en 2011, los desplazamientos en vehículo privado representaban el 23%, en transporte público eran el 36% y en modos de movilidad activa, el 41%, mientras que en la actualidad los porcentajes son 25% el vehículo privado, 28% el transporte público y 47 la movilidad activa.

Estas cifras ponen de manifiesto, además, una caída de 8 puntos de los desplazamiento en transporte público y todo ello pese a que en lo últimos años se han puesto en marcha una serie de medidas destinadas a incentivar su uso. De hecho, se han duplicado los kilómetros de carril bus desde 2006 y éste ya está presente en el 18% de los kilómetros de la ciudad, lo cual indica que se ha puesto el mismo esfuerzo en incrementar la infraestructura para el bus que para la bicicleta, ya que en ambos casos se ha duplicado, lo cual resulta sorprendente porque el primero es un método de transporte colectivo, que da servicio a un mayor número de usuarios

Resistencia al cambio

En cualquier caso, el que las medidas para fomentar el uso del transporte público no se hayan traducido en un incremento de los desplazamientos en este modo denota que existe algún motivo por el que los usuarios del vehículo privado se siguen resistiendo a usarlo. En este sentido, el estudio del RACC sobre la percepción de la movilidad en Barcelona revela que el 50% de los usuarios del vehículo privado tienen una alternativa razonable en el movilidad colectiva para hacer el mismo desplazamiento, pero es percibido como un servicio poco ágil y fiable.

Y eso que, en lo que se refiere a los residentes, respecto al 2021, el 61,2% cree que el aparcamiento ha empeorado -el aparcamiento libre para coches ha caído un 68% entre 2009 y 2021- y el 54,8% tiene la misma opinión respecto a la circulación, pese a que el parque de turismo se ha reducido un 24% desde 2006 a 2021, mientras que el 50,9% considera que el servicio de autobús ha mejorado, sin embargo éste es considerado como poco fiable, como refleja el dato que el 73% de los encuestados siente que éste les ofrece la confianza justa, poca confianza o ninguna.

De hecho, la puntuación media que recibe el transporte público de Barcelona es del 6,77, con los ferrocarriles y los trenes de cercanías a la cola de este ránking, mientras que la movilidad activa está valorada con un 8,72 y el transporte privado, con un 8,33. Así pues, la valoración del transporte público es un 23% inferior a la del vehículo privado, con una peor nota para el interurbano. Entre los motivos que esgrimen los encuestados para no hacer uso del transporte público destaca su lentitud, el precio, la sensación de inseguridad, la distancia respecto a la estación, la poca frecuencia, el que no es agradable o la falta de combinaciones para hacer otros desplazamientos.

Replantear la estrategia

En definitiva, ante los resultados que arroja este último estudio del RACC sobre la percepción de la movilidad y teniendo en cuenta que el plan municipal en este ámbito no va a permitir alcanzar el objetivo establecido de reducir el uso del vehículo privado del 26% al 18% en 2024, desde la entidad consideran necesario un replanteamiento de las estrategias en esta materia antes de aumentar las restricciones al transporte privado, el cual debería ir acompañado de un aumento de las inversiones en transporte público, haciendo especial hincapié en lo que se refiere al transporte metropolitano. Cabe recordar que la mayor parte de los desplazamientos que se producen en Barcelona no está protagonizados por residentes, sino por personas que vienen de fuera de la ciudad.

Así pus, sería determinante mejorar su calidad, su puntualidad y seguridad, su multimodalidad y comodidad, así como trabajar para que éste esté conectado. Asimismo, para el RACC, sería conveniente invertir en mejorar la ruta y las estaciones y trabajar para una mayor accesibilidad de las estaciones