Dibujo desconocido

Un retrato perdido de Buñuel por Dalí busca comprador

Un boceto de 1935 que sale ahora a subasta incluye la imagen del célebre cineasta

Luis Buñuel y Salvador Dalí en una imagen inédita tomada en el verano de 1929. A la derecha una de las primeras fotografías del pintor y Gala
Luis Buñuel y Salvador Dalí en una imagen tomada por Anna Maria Dalí en el verano de 1929larazon

En 1935, Salvador Dalí ya había empezado a tratar de conquistar el mercado estadounidense. El pintor de Figueres ya no era aquel pintor local que pintaba paisajes de Cadaqués sino que era uno de los principales representantes artísticos, por no decir el que más, del movimiento surrealista para envidia de André Breton. Era la estrella del momento. Cuando llega a la ciudad de los rascacielos encontró en la Prensa una buena manera de dar a conocer su talento, por lo que aceptó todo tipo de encargos, eso sí llevando sobre los hombros el pasado que dejaba en Europa con alguna que otra controversia.

Eso es lo que se deduce de un interesante dibujo realizado por el catalán y que ahora se pone en manos del mejor postor en Durán Subastas el próximo 10 de diciembre. Con un precio de salida de 7.000 euros, este es un boceto sencillo protagonizado por una figura femenina, un apunte para el número de 1935 de la revista “The American Weekly” en la que colaboró. No deja de ser interesante que el papel que usó el pintor fuera el reverso de una carta dirigida a él por el Carniege Institute de Pittsburg, donde en 1928 se pudo ver obra del artista, como un retrato de su hermana Anna Maria y una de sus celebradas cestas del pan.

Un retrato perdido de Buñuel por Dalí busca comprador
Un retrato perdido de Buñuel por Dalí busca comprador

Sin embargo, en la misma hoja encontramos el retrato de un hombre de perfil. La forma del rostro y su particular mirada recuerdan mucho a uno de los principales amigos del joven Dalí, un aragonés que estaba empezando a hacer ruido detrás de la cámara y llamado Luis Buñuel. No parece exagerado pensar que Dalí, en Nueva York, pensaba en Buñuel, aunque en aquellos momentos la amistad entre ambos, nacida en los primeros veinte en la Residencia de Estudiantes de Madrid, estaba rota. Los dos habían colaborado juntos en las dos principales películas del surrealismo: “Un perro andaluz” y “La edad de oro”. Mientras que en la primera cinta se hacía evidente la fusión de ideas, las cosas se pusieron más difíciles en la segunda, hasta el punto de tener problemas Dalí para aparecer en los títulos de crédito. La razón es que una mujer había surgido en la vida del pintor para cambiarla para siempre. Se llamaba Gala y Buñuel, como contó en sus memorias “Mi último suspiro”, fue testigo de todo aquello, el momento en el que “de la noche a la mañana Dalí ya no era el mismo. Toda concordancia de ideas desapareció entre nosotros, hasta el extremo que yo renuncié a trabajar con él en el guion de “La edad de oro”. No hablaba más que de Gala, repitiendo todo lo que decía ella. Una transformación total”. Buñuel y Dalí se distanciaron y aún volvieron a reencontrarse en Nueva York en los años del destierro, en un episodio que acentuó más la enemistad.

En los años treinta, Buñuel había cruzado el charco probando fortuna en Hollywood y conociendo la manera de trabajar de aquella industria. En 1935, ya en España, fundó la productora Filmófono en la que puso en marcha películas comerciales, como “Don Quintín el amargao” o “La hija de Juan Simón”.

¿Puede que Dalí pensara en su antiguo amigo mientras trabajaba en Nueva York? El boceto a lápiz que se subasta hace evidente pensar que así fue y que el cineasta estaba muy presente en el universo daliniano.