Sociedad

PREHISTORIA

Descubren pinturas rupestres hechas con drogas alucinógenas

Se han encontrado restos masticados de plantas alucinógenas en una cueva de California llena de pinturas rupestres psicodélicas

Una de las pinturas en espiral encontrada en la cueva Pinwheel (California)
Una de las pinturas en espiral encontrada en la cueva Pinwheel (California)Devlin Gandy

No todas las pinturas rupestres son iguales. Muchos nos imaginamos pinturas de caza prehistóricas, como las de las Cuevas de Altamira, en España. Pero también existen pinturas algo más modernas y muy extrañas. Un buen ejemplo lo tenemos en la Cueva Pinwheel o Cueva del Molinillo, situada en California.

Esta cueva es especial por dos motivos. El primero, es que es una cueva de uso hogareño. No está aislada ni asociada a rituales secretos, sino que se han encontrado restos que demuestran que durante siglos la cueva se ha usado como una vivienda para la tribu, durmiendo y comiendo en su interior.

El segundo motivo es la antigüedad de la cueva. Estos restos arqueológicos cotidianos corresponden a épocas muy diferentes, desde el siglo XVI antes de Cristo hasta el siglo XVI después de Cristo. Varios siglos superpuestos y conviviendo en la misma cueva, una tradición que desapareció de manera abrupta con la colonización de Norteamérica.

Pero lo más curioso son sus pinturas rupestres. En la cueva podemos encontrar varias capas de pintura, superpuestas en el tiempo. Una pista histórica para entender las poblaciones que vivieron en la cueva. Y estas pinturas no representan escenas de caza, sino figuras geométricas abstractas, espirales, y formas extrañas, muy alejadas de lo conocido.

Alucinación en pintura

La principal hipótesis para el origen de estas pinturas cae en el consumo de drogas. Al consumir sustancias psicotrópicas empezamos a sufrir alucinaciones, y muchas de ellas son similares a los dibujos de la cueva. Se pensaba que estos dibujos serian simplemente una representación de esas visiones, que se plasman en la pared para ser interpretadas y predecir el futuro de la tribu.

Pero, aunque esto tenga sentido, es una hipótesis difícil de confirmar. No hay pruebas que nos permitan discernir si estas pinturas geométricas eran producto de alucinaciones, o simplemente eran un movimiento pictórico que alguien aburrido en la tribu hizo, como cuando dibujamos triángulos en un papel mientras hablamos por teléfono.

Pero la hipótesis alucinógena ha logrado su prueba definitiva esta semana, con el estudio publicado por la Universidad de Nuevo México. Los creadores del estudio han utilizado la tecnología más avanzada para analizar los componentes químicos de estas psicodélicas pinturas, descubriendo algo clave: incluyen restos de plantas alucinógenas masticadas.

Aunque las pinturas se degraden en el tiempo, siempre es posible encontrar pequeños restos pegados en la piedra, que permiten averiguar con qué compuestos químicos se han pintado, y que método de pintura se ha usado. Muchos restos no se ven a simple vista, pero pueden ser expuestos con microscopios especiales y análisis químicos muy sensibles.

Al analizar en detalle las pinturas, los científicos encontraron dos pistas importantes: entre la pintura había unas delgadas fibras vegetales, y la pintura no tenía los componentes minerales habituales (como el óxido de hierro de las piedras cercanas), sino que incluía algunos compuestos biológicos.

Las fibras vegetales podían significar el uso de algún pincel primitivo para pintar, pero al examinarlas bajo el microscopio, los científicos notaron que no habían sido cortadas de manera uniforme, sino masticadas. Dada la longitud de las fibras y su estado, la explicación más probable es que pertenecieran a alguna planta que fue masticada y frotada sobre la piedra para formar el dibujo.

Para descubrir qué planta era tenían el análisis químico de la pintura. Entre los restos encontraron escopolamina y atropina, dos drogas alucinógenas en una proporción muy determinada, que coincidía con las flores de Datura, un tipo de planta que aun crece por la zona.

Es fácil encontrar Datura en muchas zonas montañosas, incluso en España. Y sin embargo, es muy peligrosa. Casi todas las partes de la planta son venenosas y letales, pero si se usa en una pequeña proporción produce alucinaciones y mareos. A lo largo de la historia de Occidente, este tipo de plantas eran conocidas como planta de brujas, ya que supuestamente era usada en pócimas para generar fármacos y venenos.

Dado estos resultados, es muy probable que las fibras masticadas de la pintura pertenezcan a la Datura, masticada en su justa medida para provocar alucinaciones. Como confirmación definitiva, usaron microscopía electrónica para comparar las fibras vegetales de la cueva con las de la Datura actual. Ambas coincidían perfectamente.

Flores de Datura wrightii, una de las especies venenosas dentro de este género.
Flores de Datura wrightii, una de las especies venenosas dentro de este género.Wikipedia

Sala de fumadores

Este descubrimiento confirma que las pinturas de esta cueva fueron hechas bajo el efecto de las drogas alucinógenas, o al menos, que fueron usadas de manera directa en la elaboración del dibujo. Ya que eran masticadas, y no molidas, muy probablemente el dibujo era una representación directa de lo que veía el pintor, mientras alucinaba consumiendo la hierba.

Pero queda la gran duda: ¿por qué pintaron esos dibujos? Recordemos que, según los restos, la cueva no era un sitio aislado y ritual, sino un lugar de reunión y convivencia. La imagen del chaman refugiándose para ingerir las sustancias y pintar el futuro en la pared de la cueva no tiene mucho sentido si lo hace en el salón delante de todos.

Por ese motivo, la explicación que se está barajando actualmente es que el consumo de alucinógenos debía ser visto como una actividad habitual. Puede que fuera algo normal entre los miembros de la tribu, al igual que el consumo de alcohol o tabaco hoy en día. Si es así, lo más probable es que estas pinturas no sean una expresión artística, sino algo utilitario. Al igual que las cruces señalan donde están las farmacias, puede que esas espirales y figuras geométricas señalen dónde se podía consumir la hierba.

Y al comprobar la antigüedad de las pinturas, parece que la práctica era realmente antigua. La pintura que ha sido analizada es la más reciente de todas, datada del año 1523. Colón ya había descubierto América, pero esta sociedad todavía no había sufrido la llegada de los europeos. En otras pinturas previas de la misma cueva no se ha conseguido tantos restos, por culpa de su antigüedad. Sin embargo, los dibujos son similares y se sitúan en zonas parecidas, por lo que probablemente tengan el mismo origen y explicación.

Quien sabe lo que los futuros arqueólogos pensarán con nuestros restos. Puede que si ven las figuras de plástico que algunos coleccionan, duden de si son parte de algún ritual o mero entretenimiento.

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