Crisis climática

70 años de mediciones constatan que el calentamiento oceánico comenzó en 1950

Una colaboración internacional analiza los datos de los últimos 70 años y predice que el océano podría calentarse cuatro veces más rápido en 2090 que hoy

Un hombre con abrigo, botas, mochila y bastones, de espaldas a la cámara sobre una gran masa de hielo con montañas al fondo
El ser humano es el principal causante del calentamiento de los océanos y el derretimiento del hielo polarDominio público

Es ya bien conocido que, a medida que los seres humanos emitimos gases de efecto invernadero a la atmósfera, la Tierra se calienta. Y también está bien establecido que hasta el 90 % de ese calor añadido acaba en los océanos. La temperatura de los mares se monitoriza constantemente con termómetros de toda índole, generando enormes volúmenes de datos que muestran claramente que los océanos se están calentando. Lo que no es tan sencillo es analizar toda esa información de manera conjunta.

Ahora, un estudio ha revisado gran parte de los conjuntos de datos generados a lo largo de más de 70 años. El trabajo calcula a qué velocidad se calientan los océanos y qué cambios se esperan en las próximas décadas. Para lograrlo ha hecho falta juntar un equipo internacional procedente de China, Francia, Estados Unidos, Australia y Reino Unido. Combinando varias miles de mediciones de temperatura tomadas a lo largo y ancho del planeta, se ha podido esbozar un dibujo muy claro de cómo ha cambiado la temperatura de los océanos desde 1950 hasta hoy.

Sensores de todo tipo

Durante décadas, multitud de equipos científicos han colocado muchos tipos de sensores en el océano. Algunos se han transportado de manera manual, otros han llegado a bordo de buques de carga; algunos son autónomos y flotan en el mar mientras que otros están conectados por cable dentro de boyas o anclados a un lugar fijo. Todos estos termómetros han generado multitud de conjuntos de datos para monitorizar el calentamiento de los océanos, y el estudio actual ha analizado la validez de cada conjunto comparándolo con el progreso científico realizado en esta área en los últimos años.

Es así como han podido calcular a qué velocidad se ha calentado el océano, y los resultados muestran que la subida de temperatura comenzó muchas décadas atrás. Centrándose solo en los 2000 metros superiores del océano, el equipo científico ha constatado “inequívocamente” (según destacan en la nota de prensa) que el calentamiento comenzó al menos en la década de 1950 y ha continuado desde entonces.

A marchas forzadas

Además, el ritmo al que se calienta la parte superior del océano está acelerando: desde la década de 1960 a la de 2010, la velocidad de dobló, pasando de menos de 5 ZJ a 10 anuales. El ZJ (zettajulio) es una unidad de energía equivalente a 1 000 000 000 000 000 000 000 J (julios), es decir, un 1 seguido de 21 ceros. Para poner estas cifras en contexto, todo Estados Unidos consume unos 0,1 ZJ de energía al año y España, 0,006 ZJ al año.

Pero los efectos del calentamiento de los océanos no se sufren de igual manera en todos los lugares del mundo. Aunque todos los mares se están calentando y se prevé que sigan haciéndolo a lo largo del siglo XXI, la temperatura del Océano Atlántico y del Antártico está subiendo mucho más rápido que la del Pacífico y el Índico. Sin embargo, debido al mayor volumen del Océano Pacífico, se espera que para final de siglo se convierta en el mayor reservorio de calor del mundo.

Más allá de una simple constatación de la historia de las últimas décadas, las conclusiones de este estudio también permiten realizar predicciones sobre el futuro de los océanos, y constituyen una clara llamada a la acción si se quieren evitar o, al menos, contener, los efectos del calentamiento.

De la observación a la acción

Los océanos no solo absorben la gran mayoría del calor que producen los gases de efecto invernadero, sino que, además, su temperatura es un factor fundamental para mantener el equilibrio de multitud de aspectos terrestres. El calentamiento de los océanos afecta, por supuesto, a la vida marítima que, a su vez, impacta en la cadena alimenticia. Pero, además, cuando sube la temperatura de los océanos, las tormentas se vuelven más intensas, las lluvias son más violentas y provocan más inundaciones, y los tifones y huracanes cobran más potencia.

Otra consecuencia del calentamiento oceánico es la sequía: causa más olas de calor y, además, el terreno seco no es capaz de recuperarse a base de lluvias torrenciales. Se necesita lluvia fina y extendida en el tiempo y el espacio, no tormentas localizadas, para devolver la humedad al terreno seco. En zonas de costa, la subida del nivel del mar en combinación con la mayor abundancia de tormentas las vuelve más vulnerables.

Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, el calentamiento de los océanos se aceleraría a marchas forzadas hasta alcanzar una velocidad cuatro veces mayor que la actual en 2090. Sin embargo, el Acuerdo de París compromete a los países firmantes a limitar la temperatura de la superficie terrestre a 2º C por encima de los niveles preindustriales. Cumplir este objetivo serviría para frenar la subida de temperaturas y detener la aceleración ya en 2030.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La crisis climática no es algo que afecte solo a la naturaleza ni un problema de futuro: está causando estragos para las personas a día de hoy. Por ejemplo, muchas regiones europeas, incluida España, ya sufren sequías más frecuentes, severas y duraderas, con un impacto estimado de 9 000 millones de euros anuales en el continente. Los desbordamientos de ríos ya afectan a millones de personas en Europa y se están volviendo más frecuentes. Las olas de calor ya son más comunes que hace décadas y afectan a las infraestructuras, reducen la productividad y causan miles de muertes cada año solo en España.

REFERENCIAS (MLA):