Un estudio ha demostrado que entablar una conversación con otra persona mejora más el estado de ánimo que pasar tiempo frente a una pantalla

Investigadores de la Facultad de Artes y Ciencias Franklin de la Universidad de Georgia han llevado a cabo un estudio que arroja luz sobre cómo diversas actividades afectan el estado de ánimo y el bienestar de las personas. Contrario a las expectativas iniciales, los resultados indican que entablar una conversación, incluso con un extraño, tiene un impacto más positivo en el bienestar emocional que el tiempo frente a una pantalla o estar solo en silencio.

El estudio dividió a los participantes en cuatro grupos, dos de los cuales predijeron cómo se sentirían ante diversas acciones, mientras que los otros dos llevaron a cabo las acciones asignadas. Todas las personas evaluaron las opciones en términos de lo agradable que esperaban que fueran y la probabilidad de experimentar emociones positivas o negativas.

Aunque se asumía inicialmente que las personas disfrutarían más utilizando sus teléfonos inteligentes, los resultados revelaron que la conversación con otras personas tenía un impacto significativamente mayor en el aumento de las emociones positivas. La autora principal del estudio, Christina Leckfor, destacó para UGA Today que, a pesar de que las tareas específicas en el teléfono, como ver videos, parecían prometedoras, las conversaciones seguían siendo la opción que generaba mayores emociones positivas.

Christina Leckfor sugiere que estos resultados podrían indicar que las personas no siempre reconocen los beneficios potenciales de una conversación o que no priorizan esa información. Destaca la importancia de reflexionar conscientemente sobre cómo nos sentimos acerca de diferentes actividades para comprender mejor su impacto en nuestro bienestar.

Estos hallazgos desafían las percepciones comunes sobre el uso de las pantallas y resaltan la importancia subestimada de la conexión humana en el bienestar emocional. El estudio no solo ofrece una perspectiva valiosa sobre la psicología humana, sino que también plantea preguntas sobre cómo priorizamos nuestras interacciones en la era digital.