
Astronomía
Pensaba que en su casa había entrado una pequeña piedra, pero la realidad es que era un meteorito
Con una edad de 4.560 millones de años y procedente del cinturón de asteroides, un pequeño meteorito ha atravesado el tejado de una casa en Estados Unidos, un suceso insólito que ya estudian los científicos locales

El estudio de los meteoritos ofrece una ventana única a los orígenes de nuestro sistema solar. Son, en esencia, fósiles cósmicos que permiten a la ciencia entender con mayor profundidad cómo se formaron los planetas y, de paso, ayudan a prepararse ante la amenaza de futuros impactos que pudieran ser de mayor envergadura. Cada fragmento recuperado es una pieza de un puzle que comenzó a ensamblarse hace miles de millones de años. De hecho, las estrategias para mitigar estos riesgos ya se están poniendo a prueba, como demostró recientemente la misión de la NASA que logró desviar un asteroide de su trayectoria.
De hecho, algunos de estos visitantes espaciales son literalmente más antiguos que la propia Tierra. Un ejemplo son las condritas ordinarias, rocas con bajo contenido metálico que se formaron hace unos 4.560 millones de años y que guardan en su composición las claves de aquella nebulosa primigenia que dio lugar a todo lo que conocemos hoy. Se trata de materiales de un valor incalculable para la comunidad científica.
Precisamente, un ejemplar de estas características protagonizó un suceso extraordinario en un barrio residencial de McDonough, en Atlanta (Estados Unidos). Los científicos, tal y como han publicado en Newatlas, creen que el meteorito tiene su origen en un gran asteroide que se fragmentó en el cinturón que orbita entre Marte y Júpiter. Antes de entrar en nuestra atmósfera, se desplazaba a una velocidad superior a un kilómetro por segundo. La exploración de esta región del sistema solar sigue revelando información fascinante, como la existencia de una vasta red de antiguos ríos en Marte, planeta vecino de dicho cinturón de asteroides.
Un viaje de millones de años que acabó en un tejado de Georgia
Tras su vertiginosa caída a través del cielo, el fragmento que sobrevivió a la desintegración atmosférica fue sorprendentemente pequeño. La roca que finalmente se estrelló contra el techo de una vivienda familiar tenía un peso de apenas 50 gramos, una diminuta pieza de la historia del universo que aterrizó de forma inesperada en el mundo cotidiano. Aunque su tamaño es modesto, cada hallazgo es crucial, como lo demuestra el reciente descubrimiento en África de una de las rocas espaciales más valiosas del mundo tras su caída.
Por otro lado, la relevancia del suceso se multiplica al considerar su excepcionalidad. Se trata del sexto meteorito registrado en la historia del estado de Georgia, un hecho que ha motivado que la Universidad de Georgia (UGA) se haga cargo de su custodia. Ahora, sus expertos liderarán el análisis para proceder a su clasificación oficial y desentrañar los secretos que esconde este viajero del tiempo.
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