En un mundo de los móviles parecen crecer cada año, seguimos existiendo los que preferimos algo más compacto, más manejable, pero igual de capaz. Precisamente ese es el espacio que algunos teléfonos buscan dominar: el del equilibrio entre potencia y comodidad, entre diseño y portabilidad. Y, cuando ese equilibrio se logra sin renunciar a pantalla, potencia o cámara, la experiencia puede cambiar por completo.

El Samsung Galaxy S25 llegó al mercado para demostrar que no necesitar tener el teléfono más grande del mercado, para conseguir lo mejor que puede ofrecer una marca. Solo necesitas uno que sepa hacerlo todo bien sin hacerse notar más de la cuenta.

Porque si quieres un modelo grande y llamativo, seguramente te fijes en su hermano mayor, el Galaxy S25 Ultra. Pero si buscas una experiencia más cómoda e igualmente potente, el S25 (sin apellido) puede ser tu opción. Especialmente ahora que lo puedes comprar rebajado en la propia web de Samsung, donde está disponible por 773 euros en su versión de 128 GB. Esta cifra supone un ahorro de 136 euros en un móvil que conseguiremos con envío y devolución gratis y que incluso tenemos opción a financiar para que no se nos vacía la hucha de repente.

Samsung Galaxy S25: pequeñito, pero matón

Su gran baza a favor es lo increíblemente cómodo que se siente en la mano. Su tamaño contenido hacen que su uso sea muy sencillo, incluso con una sola mano, y al pesar solo 162 gramos no te hará especialmente daño cuando estés en la cama con él, se te resbale y te dé en la cara. Aun siendo ligero, es un móvil muy bien construido, con acabados premium y con una certificación IP68 que lo protege contra el polvo y el agua, pero sin perder ni un ápice de elegancia.

Como pantalla monta una Dynamic AMOLED 2X de 6,2 pulgadas que ofrece una resolución Full HD+ para asegurarse de que cualquier contenido que se vea en ella, tenga una excelente nitidez y nivel de detalle. Su tecnología LTPO le permite obtener una tasa de refresco variable, que se mueve entre 1 y 120 Hz. Además es compatible con HDR10+ y está protegido por Gorilla Glass Victus 2. Los colores serán vibrantes, los negros profundos y el brillo se adaptará perfectamente a exteriores gracias a sus 2600 nits de pico.

Para este móvil, Samsung ha optado por integrar el procesador Qualcomm Snapdragon 8 Elite. Se trata de una versión personalizada del chip más potente de Qualcomm que, además, ha sido optimizada para Galaxy. Con este chip, el rendimiento es impecable: tendremos una fluidez total en tareas pesadas, una excelente gestión térmica y una respuesta inmediata, tanto en juegos como en multitarea. Viene con 12 GB de RAM para que puedas tener varias apps abiertas a la vez y, aunque tienes otras versiones disponibles, esta es la de 128 GB.

La fotografía vuelve a ser un punto fuerte en este 'pequeño gran móvil' de Samsung. Su módulo trasero es triple y muy bien equilibrado. En él encontramos una cámara principal de 50 megapíxeles con estabilización óptica, un ultra gran angular de 12 megapíxeles y un teleobjetivo, de 10, y con un zoom óptico de 3x. Es una combinación muy versátil con la que podrás hacer prácticamente cualquier tipo de foto, desde retratos con desenfoque natural hasta paisajes amplios. Su cámara frontal de 12 megapíxeles también cumple con solvencia al hacer selfies o videollamadas.

Es normal que los móviles compactos tengan que reducir su batería, de ahí que este Galaxy S25 venga con 4000 mAh. Aunque pueda parecer una cifra baja, lo cierto es que es más que suficiente para superar el día de autonomía. Como te decía antes, es un móvil que no renuncia a nada. Y a este precio y vendido directamente por Samsung, se convierte en una opción interesante si estás pensando en cambiar tu smartphone.

Este artículo está pensado para ayudarte a descubrir productos de tu interés o para que tomes una mejor decisión de compra. Algunos de los enlaces que incluye son de afiliados, por lo que si realizas una compra a través de ellos La Razón podría recibir una pequeña comisión. Este hecho no influye en nuestras recomendaciones ni en el precio que pagas por el producto.